Inseguridad centrada en 34 colonias; Comuna opta por el subregistro

El Centro Histórico sigue siendo el principal foco rojo, revela estudio.

Por Jaime Carrera

En el ayuntamiento de Puebla comienzan a salir a la luz los estragos de una estrategia de seguridad fallida con un ocultamiento de información sobre la incidencia delictiva en las calles de la ciudad, delitos preocupantemente al alza y una falta de cercanía de los elementos de seguridad municipales que están más enfocados en cometer actos irregulares en vez de proteger a la población de las bandas criminales.

La falta del control en la seguridad pública por parte de la alcaldesa Claudia Rivera Vivanco detonó que 34 colonias de la capital poblana mantengan un índice delictivo continúo y preponderante, eso sin contar el subregistro en lo que va de 2021 sobre la cantidad de robos de vehículo, a negocio, a casa habitación, transeúntes, en transporte público y de autopartes, en comparación con los datos oficiales federales.

De acuerdo con un informe comparativo –en poder de ContraRéplica Puebla– entre los delitos registrados por la SSC y el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), existen diferencias abismales del 588, 145, 112 y 97 por ciento de más robos a transeúnte, casa habitación, negocio y de vehículo, respectivamente, lo cual evidencia el interés de la Comuna de esconder información.

De diciembre de 2020 a marzo de 2021, el Centro Histórico se mantuvo como una de las colonias con mayor incidencia delictiva en la capital poblana.

Un sitio que pasó a ser el epicentro del comercio informal y ambulantaje ligado a actividades ilícitas, así como el desbordamiento de excesos en la prostitución, falta de gobernabilidad y proyectos de obra pública de infraestructura fallida y cancelada.

La comisión de delitos en el municipio tiene una cosa en común: la falta de control de seguridad que ha dejado a un lado la función de la prevención mediante la presencia policial, por lo que no se ha consolidado una mejora en la percepción favorable en la población y por el contrario ha incentivado que el Centro, La Margarita, La Paz, Bosques de San Sebastián y San Manuel se mantengan como “focos rojos”.

Al cierre del primer trimestre de 2021, aun cuando el ayuntamiento ya llevaba más de dos años con su “estrategia” de combate a la delincuencia, lugares como la zona Centro, la Central de Abasto y la Reserva Territorial Atlixcáyotl con sus corredores comerciales, se mantuvieron como los principales puntos de delincuencia en la ciudad de Puebla, en conjunto con juntas auxiliares de la periferia capitalina.

Para el gobernador Miguel Barbosa Huerta la clave del funcionamiento de las policías municipales radica en la proximidad con la ciudadanía, una cuestión que fue poco trabajada por la presente gestión de Claudia Rivera Vivanco, a la cual exigió no soltar las riendas del combate a la delincuencia ante la distracción que implica el proceso de entrega-recepción con la administración entrante de Eduardo Rivera.

De paso, el mandatario estatal pidió al próximo ayuntamiento limpiar a la Secretaría de Seguridad Ciudadana del municipio, sobre todo, de la organización conocida como La Hermandad, supuestamente fundada por el exsecretario de Seguridad municipal y estatal, Manuel Alonso García y cuyo personal presuntamente controlaba las actividades de cada uniformado y tiene vínculos con hechos delictivos.

Barbosa Huerta enfatizó que en lugar de cometer actos irregulares, los policías a cargo de Lourdes Rosales Martínez, deberían estar evitando delitos del orden común que se dan en la convivencia diaria en la capital, como los robos en transporte público, en las calles, a casa habitación, a transeúnte y cualquier tipo de abuso de delincuentes, que suelen estar presente en grandes ciudades.

La realidad que afronta Claudia Rivera y su Secretaría de Seguridad Ciudadana está a la vista de todos: tan sólo en la última semana de junio de 2021, el principal delito registrado en las calles de la ciudad fue el robo de vehículos.

En promedio hubo un aumento de 8 a 10 automóviles más que fueron robados cada 24 horas en ese lapso, sin que exista una estrategia de reacción certera para la prevención.