Por Alejandra Olivera
La presidenta honoraria del Sistema Estatal DIF de Puebla, Gabriela Bonilla Parada, confió en el liderazgo de quien será su sucesora, Cecilia Arellano Pérez, para seguir transformando las vidas de las familias poblanas a través de los programas que impulsa el organismo.
Al encabezar la capacitación a las futuras presidentas y presidentes de los sistemas municipales DIF, Gaby Bonilla destacó que el objetivo de este curso es fortalecer las acciones que los asistentes realizarán en sus comunidades, por lo que abordarán cinco temas primordiales para la atención a los sectores más vulnerables del estado.
Reconoció que el reto que enfrentarán es grande, pero les manifestó su respaldo hasta diciembre cuando dejará el DIF en manos de Cecilia Arellano, esposa del gobernador electo Alejandro Armenta Mier, a quien reconoció por su sensibilidad y compromiso con quienes más lo necesitan, por lo que afirmó sabrá guiar el organismos para seguir transformando las vidas de las familias poblanas.
“Estoy segura de que la señora Ceci Arellano continuará con esta labor con el mismo amor y dedicación, pues conozco su sensibilidad y profundo compromiso. Ella sabrá guiarlas y acompañarlas en este hermoso camino del servicio con el mismo corazón que nos ha unido durante estos años, confíen que su liderazgo será clave para seguir transformando vidas y fortaleciendo a nuestras familias”, comentó.
Gaby Bonilla refirió que los y las próximas presidentas de los sistemas municipales DIF serán quienes incidan de forma directa en los sectores más vulnerables, por lo que era necesario brindarles herramientas esenciales para potenciar su labor y construir una Puebla más justa y solidaria.
A los más de 500 asistentes de los 217 ayuntamientos electos les expresó que “no están solos” en el camino que emprenderán en octubre próximo, pues el Sistema Estatal DIF se mantendrá cercano a ellos para realizar la última entrega de apoyos sociales de este ejercicio fiscal.
Mencionó que este día se les dará a conocer los programas para garantizar el bienestar de la niñez y de la adolescencia para protegerlos de situaciones de riesgo y vulnerabilidades; así como los enfocados hacia las personas con discapacidad y mujeres emprendedoras; así como la implementación de programas que mejoren la salud física y psicológica de las familias; la promoción de valores y proyectos que refuercen la unión y estabilidad familiar y finalmente los programas de desarrollo comunitario a través del autoempleo.