Día de las Madres

Me siento muy afortunada de tener este medio para expresarme… sobre todo cuando son fechas importantes y a pesar de que soy una “grinch” de las celebraciones que invitan al consumismo y a comprar cualquier cosa para “demostrar” que queremos a alguien.

Mucho nos han dicho que el amor de mamá es el más puro, es el único incondicional y dejan entre ver que sólo las mujeres podemos vivirlo. Nada más falso que eso.

El amor nace de la aceptación hacia alguien, y aceptar es el sinónimo de NO QUERER cambiar al otro, de no buscar controlarlo, de no hacerlo sentir menos, pues cuando no hace lo que nosotros queremos no vale, lo rechazamos, lo juzgamos, lo negamos.

El amor es validar al otro aun cuando sus conductas no son las que reconocemos como “buenas”, porque amar a alguien es realmente verlo, observarlo sin expectativas, como un acompañante de vida que nada busca modificar.

¿Cuántas veces sentimos ese amor? Y es que amar a alguien cuando se comporta como nosotros esperamos es lo fácil, ahí no hay retos, no hay crecimiento, eso todos podemos hacerlo. Pero ¿hacia cuantas personas sentimos un verdadero amor? Esa clase de amor que acepta lo que no nos gusta del otro, ese es el reto. El verdadero amor agradece las experiencias que vivimos con el otro a pesar de que son incómodas y dolorosas; amar a alguien es respetar la opinión ajena aun cuando NO es similar a la mía.

Amar a alguien cuando nos hace sentir bien, cuando nos da paz, cuando está con nosotros de la forma en que nosotros queremos eso NO es amar, esa es pura conveniencia, es vivir la vida fácil, vivir un “amor” condicionado a nuestra creencia limitantes del amor romántico, utópico, inexistente.

El amor está en la convivencia con la persona aun cuando haya momentos que no nos cae bien, cuando nos lastima, cuando nos dice cosas que nos hieren… pero es entender desde dónde está actuando, es tener compasión por su contexto, es comprometernos a acompañar a esa persona aún en sus etapas más oscuras y a pesar de todo eso DECIDAMOS estar en esa relación, y que el otro también elija estar con nosotros con todo y nuestros demonios internos.

Amar es aceptar, y aceptar NO es estar de acuerdo. Es la libre elección de querer compartir tu vida con alguien, pareja, expareja, hijos, amigos, familia, en situaciones “buenas y malas” … y sobre todo sentirte seguro mostrando tu vulnerabilidad sabiendo que NO va a ser usada para lastimarte, sino para cuidarte, para contenerte y para acompañarte en tu vida… esa es la elección del verdadero amor.