Guadalupe Juárez
Del activismo en las calles al Congreso del estado, una lucha por la representación que han tenido que enfrentar, en contraste del acoso que han vivido durante años, las oportunidades y los retos en el ‘Mes del Orgullo’ que se conmemora este 28 de junio.
En Diario ContraRéplica Puebla presentamos la segunda entrega en la que activistas comparten sus historias con la sociedad.
Gabriela Chumacero
Gaby está en la Tribuna desde donde participa en las sesiones del Congreso de Puebla como la primera diputada trans, lugar en el que dice hace historia para el mundo y el país, en los que todavía pelea por los derechos humanos de la población, de la diversidad sexual y grupos vulnerables.
Tiene 55 años, se describe como una persona sencilla, humana, con los pies en la tierra, hija de comerciantes, una activista que ha dormido en la calle, sin un peso en la bolsa, pero que, si tiene dos, dice, uno lo usa para ayudar a la gente.
Como pocas, su madre sí la apoyó, y desde pequeña tuvo la aceptación de su familia, de la cual ahora es la cabeza.
Antes de llegar a un curul, era activista, rol del que asegura que todavía no se desprende, y que probablemente sea el papel que desempeñe por el resto de su vida, porque la diputación local solo es por tres años, contra una carrera en el activismo de 20.
Su activismo nació en las calles, cuando era trabajadora sexual y comenzaron a matar a las mujeres trans en Puebla, asegura, cada 15 días había una muerte, por lo que iba al anfiteatro a reconocer los cuerpos, en donde eran vejados por el personal.
“En esta orilla rendí protesta”, dice al compartir que no se imaginaba ser diputada, era “bonito”, con el que puede defender los derechos humanos.
Por ejemplo, agrega, ahora, trabaja en una ley contra la discriminación y la tipificación de los transfeminicidios y el del cupo laboral trans y no binario, que quedó en la congeladora en la administración pasada.
“Porque al final de cuentas necesitamos un trabajo digno, una vivienda digna, una salud digna, deportes y ejercicio dignos también”.
Su vida de activista a diputada cambió, hay más trabajo, giras en los 217 municipios, reuniones y eventos, y hasta un freno a la discriminación que sufría, su investidura la protege de eso.
—¿Te han discriminado como diputada trans?—le pregunto
“No. Al principio cuando llegamos obviamente, pues no saben el lenguaje, incluso cómo dirigirse conmigo, me decían este diputade, y yo digo no soy diputada porque no soy no binario. Soy diputada porque soy una mujer trans”.
Pero para la población que ella representa, las cosas no han cambiado, hay discriminación, asesinatos, homofobia, transfobia y lesbofobia.
Gaby dice que llegar como la vía plurinominal es el inicio quizás de su carrera política, porque a su alrededor hay más personas de la diversidad sexual que ocupan otros cargos, el fruto de una lucha para abrirse camino.
Adán Cuamatzi
Adán es psicólogo, maestro en Comunicación y Cambio Social, académico y activista, integrante de Vida Plena y a punto de egresar del doctorado en estudios críticos de género.
Su vida está centrada en la academia, investigando temas relacionados con las poblaciones LGBTQ+ y de género, intereses que nacieron por sus experiencias de vida.
El día que su familia supo sobre sus preferencias sexuales fue un lunes en un noticiero, cuando vieron su rostro en la marcha del orgullo.
Previo a eso, al ver que otros reconocían su orientación sexual y eran expulsados de sus casas, Adán fue preparando a su familia con folletos en todas partes con información de derechos humanos o sobre la diversidad sexual.
El día que lo supieron nadie le dijo nada, pero con el paso de los años abordaban el tema desde el activismo que comenzó a realizar ante los medios.
Adán recuerda que su acercamiento con el activismo se originó en una aplicación de citas en 2006, cuando en un encuentro con un activista, éste se interesó en su formación académica y lo invitó a un taller en Ciudad de México donde conoció a más activistas que luchaban por la efectiva respuesta al VIH SIDA.
Ese primer acercamiento con otros activistas fue impactante, cuestionó cómo vivía su masculinidad y sexualidad. Y en dos años, asegura, pasó de ser un hombre gay típico, con un estigma internalizado o de clóset, a organizar marchas y accionando en el espacio público.
Primero inició con un colectivo de hombres gay y jóvenes en los que formaban un espacio para reflexionar sobre la salud sexual y en 2007 fue voluntario en el Comité Orgullo Puebla para organizar la sexta marcha.
Como organizador aprendió junto a los demás a hacer trabajo colectivo, generar redes y confrontarse así mismo.
Su lucha inició con el VIH, al ser una persona con VIH, y el derecho a la salud, pero también en su agenda política empuja la de las personas trans, ante la ola de crímenes que sufren.
“Y ahí es donde ataco profundamente o cuestiono mucho el concepto de género y el concepto de la sexualidad y del sexo”, dice.
En la academia se centra en abordar temáticas como las masculinidades disidentes, ya sea gays, bisexuales o queer.
Adán es sobreviviente de bullying homofóbico en la secundaria, porque estuvo en riesgo su vida y a pesar de eso lo vivía en silencio, en ese entonces no había una respuesta institucional ni de la sociedad civil, por lo que no tuvo ninguna clase de acompañamiento, situación que lo marcó, pero que ha sido una parte de su activismo.
A pesar de algunos avances en reconocimientos legales a sus derechos, acusa, todavía hay entornos adversos de rechazo y discriminación en los servicios de salud, ya que al ser atendidos persiste el prejuicio y la discriminación.
“Puebla está en el quinto lugar en casos de discriminación a nivel nacional y este y pues ese no es un dato menor”.
Para él todavía hay más agendas por visibilizar como el de las lesbianas, de los bisexuales o de los otros abanicos como las pansexuales, las demisexuales entre otras, y las problemáticas alrededor de la pobreza económica que viven muchas de las poblaciones LGBT de una manera integral.
Tras años de no volver a organizar una marcha, el 14 de junio de 2025 Adán volvió a las calles de Puebla que se pintaron de colores y orgullo.