AMLO, los gritos y el “me canso, ganso”

Por primera vez, las vallas metálicas, un dispositivo de seguridad y el Covid-19 evitaron que el presidente estrechara manos; quedó el reclamo de simpatizantes.

Por Guadalupe Juárez

Acasi dos años de que Andrés Manuel López Obrador ganara las elecciones para convertirse en presidente luego de ser tres veces candidato, por primera vez, en Puebla, este miércoles la fiesta y algarabía se eclipsaron al ser recibido entre protestas y reclamos.

Afuera del Convento de San Gabriel Arcángel, en San Pedro Cholula, los aplausos y las porras de sus simpatizantes se apagaron al lado de la exigencia de los extrabajadores del Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi) para ser recontratados y por la bocina de integrantes de Antorcha Campesina, desde donde se manifestaban exigiendo apoyos sociales y criticando al presidente.

A diferencia de otras de sus visitas a la entidad, esta vez no hubo vendedores que ofrecieran productos con la imagen de López Obrador caricaturizado o con sus frases, tampoco él pudo repartir besos y abrazos a quienes se lo pedían, mucho menos una fotografía al lado de sus simpatizantes; en esta ocasión eran pocos.

En lugar de eso, había una valla metálica en cada extremo de la calle para evitar el paso y una cinta amarilla que limitaba la vista de su llegada desde la Plaza de La Concordia, más policías municipales cuidaban celosamente que nadie se acercara al presidente.

Ni siquiera desde su camioneta fue posible verlo, porque hoy la ventanilla no se encontraba abajo como regularmente sucedía.

Al bajar, se limitó a alzar su brazo, y agitarlo ligeramente a lo lejos, mientras las muestras de apoyo se desvanecían con los cláxones de los automóviles retumbando entre las cúpulas de San Pedro Cholula que se acercaban como parte de otra protesta, la del Frente Nacional Antiamlo, cuyos integrantes circulaban en las inmediaciones con pancartas de rechazo al presidente y venían de encabezar una impresionante caravana que abarcó casi la longitud de la recta a Cholula.

O cuando los médicos alzaban la voz para intentar que los volteara a ver y escucharan sus exigencias, o cuando los antorchistas subieron el volumen a la bocina y pedían hasta a las personas que se encontraban alcoholizadas sobre las banquetas que protestaran contra López Obrador, a cambio de una botella de Tonayán.

FIFÍS VS. AMLOVERS

Una mujer alzaba una pancarta calificándose como amlover mientras arrancaba otra cartulina pegada de un automóvil que decía “fuera AMLO”, cuando su conductor hacía sonar su cláxon en señal de protesta.

Otra mujer le gritaba fascista agitando los brazos y desgarrando su garganta a los conductores que esperaban que un agente de tránsito les diera el paso para seguir protestando en su automóvil, cuando la ocupante de uno de ellos, en el asiento del copiloto bajó su ventanilla y respondía: “naca”, hasta ponerse roja por el esfuerzo de sacar el aire con el insulto, a quien le había dicho “nazi” metros atrás.

Un señor en bicicleta reviraba a otros simpatizantes del presidente que le gritaban fifí. Un amlover le decía: “flojo y vendepatria” a un antorchista. Un antorchista le decía: pejezombi, a una persona que se decía obradorista.

“ME CANSO GANSO”

El evento comenzó, se hablaba de cifras de inversión para la reconstrucción, del apoyo incondicional que ofrecía en su oportunidad el gobernador Luis Miguel Barbosa Huerta al presidente, de las condolencias que enviaba el mandatario federal a quienes murieron por Covid-19 en la entidad; y de los poblanos que fallecieron en Estados Unidos, pero aun los reclamos eran claros.

Así, con las protestas a cuestas, López Obrador confrontó en su intervención a dos grupos: Antorcha Campesina, a quien acusó de utilizar el presupuesto para su beneficio y al FRENAA, del “saqueo” al país.

Antes, el gobernador Barbosa Huerta desestimó las protestas y los reclamos de afuera y calificó –sobre todo a los antorchistas- de lucrar con la pobreza.

“Atendemos a la gente no atendemos al clientelismo social que por muchos años se aprovechó de la pobreza.No atendemos a los que por siempre se enriquecieron de los pobres, a esas antorchas mundiales, no.Nosotros representamos a la gente”, lanzó el mandatario poblano como muestra de apoyo. Pero el reclamo seguía escuchándose con fuerza.

¿Por qué esa protesta?, dijo el presidente refiriéndose al bullicio que se coló en la transmisión de Facebook.

“Es de la organización Antorcha Campesina -se respondió el mismo-, porque como lo mencionó el ciudadano gobernador, antes el dinero se destinaba a la gente y se entregaba a intermediarios de organizaciones sociales, de organizaciones no gubernamentales, y no se entregaba de manera directa, y sucedía que lo que se enviaba a la gente no llegaba, y llegaba incompleto o con moche y piquete de ojo, y ahora es directo. Y entonces esto no les gusta a quienes estaban acostumbrados a manejar el dinero de presupuesto y se quedaban con una cantidad considerable”, dijo el presidente.

López Obrador siguió desestimando la protesta y acusó a integrantes del FRENAA, creerse los “dueños de México” y los calificó como saqueadores del país, además de orquestar una campaña contra su gobierno a través de medios internacionales.

“Se acabó la corrupción no se permite robar el dinero del presupuesto. El dinero de presupuesto es dinero de pueblo ya a nosotros nos eligió el pueblo para ser guardianes, y que nadie se robe el dinero del presupuesto ni con gritos ni sombrerazos ¡Cero corrupción y cero impunidad! Se va acabar la impunidad, ¡Me canso ganso!”, expresó. Pero el bullicio seguía, la visita del presidente se eclipsó.