Tiraditos

DEFINICIONES REVELADORAS

•Hace unos días, la Fundación Mary Street Jenkins divulgó que analizaban la posibilidad de demandar al Estado mexicano ante instancias de arbitraje internacional, basados en el T-Mec, pues se trataban de inversionistas que eran sujetos a una campaña de desprestigio y acción de las instituciones de gobierno que los han afectado en su patrimonio e imagen pública. Es interesante que la fundación utilice la palabra “inversionistas” para definir a la familia Jenkins de Landa. Como en toda historia, el contexto es importante. Antes de la modificación de los estatutos de la fundación Jenkins, avalados por Rafael Moreno Valle, los integrantes de la familia realizaban, principalmente, acciones relacionadas en su condición de patronos y también impulsaban negocios en diversos ámbitos, uno de ellos es la Torre Reforma, por ejemplo. Los Jenkins, no sobra decir, eran más conocidos por su acción filantrópica que por hacer negocios. El tema que derivó en órdenes de aprehensión en su contra fue justo a raíz del cambio de estatutos que les permitió, a través de una intrincada estrategia jurídica, sacar del patrimonio de la fundación y del país, más de 720 millones de dólares, los cuales terminaron en paraísos fiscales y depositados en la cuenta de una fundación con fines particulares y no de beneficencia social. Sin embargo, el responsable de iniciar el litigio en contra de la familia Jenkins de Landa fue uno de sus propios integrantes, quien presentó documentación que daba cuenta de las irregularidades que cometieron para sacar todo el dinero. La autoridad, en este caso la Fiscalía General de la República, al conocer la situación actuó en sentidos: En época de Enrique Peña Nieto se niega a ejecutar órdenes de aprehensión y, con el arribo de la 4T al poder, el expediente fue revisado y comprobaron que había elementos suficientes para proceder con la vinculación a proceso. Es así que esa medida desencadenó más actos de autoridad. La Junta para el Cuidado de las Instituciones de Beneficencia del Estado de Puebla determinó el necesario cambio de los integrantes del patronato de la Fundación Udlap por una sencilla razón: ¿Cómo pueden hacerse cargo de la institución los patronos originales si están prófugos de la justicia? Así pues, es bastante claro que los Jenkins no han sido víctimas de una persecución del Estado mexicano por su condición de inversionistas sino por las presuntas irregularidades cometidas en su actuación en la fundación Jenkins. Las cosas como son.

PROSELITISMO DISFRAZADO

•Ignacio Mier Velazco, líder de Morena en San Lázaro, inició una serie de reuniones en la entidad poblana para dejarse ver entre morenistas y público en general. Pero no vaya a creer que fue para explicarle a los ciudadanos por qué aprobó, junto con sus aliados, que los jóvenes sean presos de terrorismo fiscal o cuáles son los beneficios de una reforma eléctrica que rompe con los protocolos internacionales de reducción de gases de efecto invernadero y consumo de fuentes de energía basadas en el carbón. Por el contrario, el diputado federal bartlista tuvo a bien montarse en el tema de moda al interior de Morena para hacer proselitismo disfrazado de apoyo al presidente Andrés Manuel López Obrador con aquello de que en marzo se llevará a cabo el ejercicio de revocación de mandato. Mañoso como es, también anunció que en ese mismo encuentro se realizó la rimbombante Segunda Asamblea por la Defensa de la 4T. Y para intentar taparle el ojo al macho sobre el evidente proselitismo se aventó la punta de escribir en su red social: “Primero la unidad del movimiento, antes que los proyectos personales. Luchamos por ideales no por cargos”. Ajá.