El PRI bajo la dirección de Néstor Camarillo es un desastre político.
Desde el día uno de su gestión al frente del tricolor se ha encargado de alejar a liderazgos, militantes y seguidores. Es el fiel reflejo de su jefe político a nivel nacional, Alejandro “Alito” Moreno.
La puntilla ocurrió el pasado fin de semana con la elección extraordinaria en los municipios de Ayotoxco, Chignahuapan, Venustiano Carranza y Xiutetelco, en donde quedó expuesta su fuerza.
De acuerdo con el Programa de Resultados Electorales Preliminares (PREP) el priismo de Camarillo obtuvo en total en las cuatro demarcaciones un total de 873 votos, ¡873! ¡De un total de 63 mil 328!
Es cierto, el PRI como partido político no registró candidaturaen todos los procesos electorales en juego, aunque en sí mismo eso ya refleja la situación comprometida del ex partidazo.
Por ejemplo, no participó en Ayotoxco aunque “de facto” apoyaron al PAN.
Tampoco estuvieron en la boleta en el municipio de Venustiano Carranza, porque igualmente, “de facto”, respaldaron al panismo.
En Xiutetelco cambió la ecuación y el PRI acudió a las urnas, en donde apenas obtuvo 475 sufragios, simplemente barrido, porque Morena, PT, Movimiento Ciudadano y hasta por Nueva Alianza y Fuerza por México.
Mientras que en Chignahuapan la derrota fue estrepitosa. Ahí consiguió 398 votos.
Uno de los factores, indiscutiblemente, obedeció a la declinación de última hora del candidato Mario Olvera.
Sin embargo, es parte de la responsabilidad del dirigente asumir el costo político y aceptar que coloca al partido en una situación más que delicada.
En lugar de eso, Néstor Camarillo atribuyó el desastre a su aliado, el PAN y emprendió una disputa política vía redes sociales, acusando a su contraparte de negociar con Morena para perder Chignahuapan.
Por supuesto el presidente del PAN, Mario Riestra, y la secretaria general, Genoveva Huerta, de inmediato atajaron los señalamientos y con las mismas cifras aquí expuestas, mostraron la debacle del tricolor.
Movimiento Ciudadano puede presumir, sin haber ganado, que quedó como segunda fuerza —aunque no se emocionen, sólo fueron cuatro municipios—.
El PAN, obviamente, que ganó Venustiano Carranza y de lo perdido en el 2024, lo encontrado en el 2025.
El PRI termina en una pesadilla. El proceso que viene en el 2027 será una incógnita ahora, sin aliados, sin liderazgos, ni militancia.
¿Dónde quedó el PRI de los grandes liderazgos? ¿Qué les pasó a los operadores políticos? ¿Por qué lo abandonó la militancia? Muchos están en Morena en buena medida alejados por el propio Camarillo.
Al dirigente ahora le toca recoger los pedazos y pegarlos, aunque así fragmentados, caminan rumbo a otro desastre electoral.
La fuerza electoral del PRI quedó reducida a cenizas, es totalmente gracias a Néstor Camarillo.
CAJA NEGRA
Uno de los liderazgos más grises en la historia del PRI había sido el de Lorenzo Rivera Sosa, pero ni él con sus limitaciones políticas puso a su partido en una condición comprometida.
El originario de Chignahuapan todavía consiguió triunfos electorales en comicios locales y federales, aunque claro, como los últimos, nadie vio venir la ola de derrotas, o no la quisieron observar.
Ahora, ¿a qué figura política recurrirán? ¿Buscarán al ex gobernador Melquiades Morales para recuperar uno que otro seguidor? O dejarán todo en manos de Blanca Alcalá, de lo poco con liderazgo que le queda al tricolor.
No hay muchas respuestas para la cantidad de interrogantes que rondan al Revolucionario Institucional que vive la peor crisis, mayor a la de los tiempos en que perdió el poder.