La otra cara de la invasión y despojo de viviendas abandonadas

En la problemática de invasión de casas abandonadas hay una segunda cara, la de personas que en realidad necesitan una vivienda y su opción es ocuparlas ilegalmente, lo cual aprovechan otros para adueñarse de una propiedad, indicó Angélica Pérez Ramos, especialista en temas de urbanismo.

En entrevista con Diario ContraRéplica Puebla, la académica del Departamento de Arte, Diseño y Arquitectura de la Ibero Puebla, señaló que la ley podría proteger a las personas que invaden estas casas, al argumentar que la propiedad no es utilizada y tienen derecho a una vivienda.

Lo anterior, dijo, es una de las consecuencias de que los gobiernos se han visto rebasados en proveer una vivienda en una zona urbanizada a la población, lo cual ha generado una problemática social, y la que –remarcó– se debe de prestar atención y analizar.

El origen es el abandono de las viviendas, las que se ubican en el Centro Histórico son dejadas por sus propietarios porque al final les sale “más barato” que darles mantenimiento, sumados a los permisos que tendrían que pedir para cualquier intervención.

Al final –señaló– no le es redituable rentarlas, repararlas y conservar las casonas, las cuales requieren de sumas considerables para mantenerlas en óptimas condiciones.

En la periferia, las casas que son abandonadas por sus dueños, se debe en la mayoría de los casos a que los fraccionamientos no tienen los servicios básicos, el transporte público es escaso y en algunos casos están tan alejados de los centros de trabajo que los tiempos de traslado son muy largos.

Esto ocasiona que los propietarios de estas viviendas decidan dejarlas y mudarse a otros sitios aunque no sean los dueños para tener acceso a los servicios municipales.

La especialista considera que esta problemática se origina cuando las constructoras para abaratar costos construyen viviendas lejos, a pesar de que saben que no hay servicios básicos y que están alejadas de la zona urbana.

“Se trata de fraccionamientos que fueron creados y asentados, y que no estaban hechos para ser urbanizados. Se empiezan a dar cuenta que está lejos de hospitales o centros de trabajo, servicio de transporte público y los tiempos de traslado aumentan”, explicó.

Si una persona que no tiene casa, la ocupa ilegalmente, pero no tiene recursos tampoco para darle mantenimiento, puede ocasionar otra problemática con vecinos, lo cual provoca roces, como algunos de los testimonios que recolectó esta casa editorial sobre invasores de propiedades que despojan a sus propietarios de las casas.

Aunque instancias como el Infonavit busque rescatar estas viviendas abandonadas y ocupadas ilegalmente, la especialista mencionó que es necesario proveerlas de los servicios básicos, pues pueden volver a ser dejadas y sin ocupar.