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Aurora Sierra:  Reinventarse en medio de la violencia política

Aurora Sierra: Reinventarse en medio de la violencia política

Puebla miércoles 05 de mayo de 2021 - 01:46

Por Mario Alberto Mejía

A sus 35 años de edad, y desde su 1.75 de estatura, Aurora Sierra Rodríguez es una académica que no deja de estudiar. Es licenciada en Relaciones Internacionales por la Universidad de las Américas Puebla, donde fue becaria al cien por ciento. Es decir: becaria de excelencia. Tiene dos postgrados: uno con Honores (en Fiscalización y Rendición de Cuentas) y otro con Magna Cum Lauda (en Psicología Clínica). Es catedrática en la Facultad de Administración Pública de la BUAP en temas que tienen que ver con la Teoría Política. Es experta en la obra de Hannah Arendt, gran filósofa y teórica política alemana. De ella dice: “Creo que es una gran pensadora. Tengo de ella todo el concepto, todo el tatuaje”.

Aurora Sierra es candidata ciudadana del PAN, PRI y PRD por el distrito local 18, con sede en la zona de Cholula.

 

 ¿Has sido víctima de la denominada violencia política de género? 

Toda mi vida. Desde que tengo uso de razón me he enfrentado a lo que ahora llamamos bullying. Me ha causado estragos esa violencia en distintas formas. En mi caso ha llegado a la violencia política. Ésta es una de las más complejas porque no ha de correr sangre necesariamente para que pueda ser ejecutada. Tiene que ver con impedir que una mujer pensante pueda crecer. 


Fuiste víctima en su momento de un hecho que ocurrió al interior del CONALEP. Fue algo que parecía orquestado. Olió mal desde el principio.

Si tú apelas a las cifras —a lo que se hizo en mi estancia como directora en los planteles 3 y 2—, ganamos concursos internacionales, elevamos situaciones académicas... Luego vino eso que dices. Todo empezó por unas “Mañanitas” cantadas en mi ausencia.

¿Literal?

Literal. Ese día era mi cumpleaños. Alguien grabó un video con los alumnos cantando Las Mañanitas sin mi autorización. De repente aparecen publicaciones en redes sociales dirigidas a la SEP,  a López Díaz, a los medios en general. “¿Qué hace la 4T ante esto?”, se preguntaban. Mezclaron hasta a mi ex pareja. Todo se volvió violencia política.  Inició una embestida para denostar mi carrera, mi perfil académico. Terminaron despidiéndome. Todo esto ocurrió un mes después de que me reconocieron con la distinción Magna Cum Laude.

Presentaste un recurso de inconformidad, y lo ganaste.

Sí. Cosa que no era fácil en un sistema como CONALEP. Imagínate de qué nivel tuvo que ser el hecho que no pasó ni un año para que me dieran la razón. Fue de verdad muy rápido. Los perpetradores del acto decían que como yo era personal de confianza no iba a tener derecho a nada. Me tocó estar en la Fiscalía General del Estado esperando hasta 12 horas. Imagínate a una mujer con menores privilegios. Ahí entendí, y para mi fue una gran lección, de lo atrasados que estamos en la defensa laboral de las mujeres. Imagina cuántas mujeres en el anonimato no se deciden a denunciar. Para mí ese tema de misoginia y violencia política resultó ser una gran lección.

Te liquidaron económicamente y, además, te dieron una carta de recomendación, ¿no?

Así es. Si no me hubieran dado la carta de recomendación no hubiese asumido la restitución económica. Y eso lo supo la institución.
Si alguno de tus contendientes sacara el caso en esta campaña…

No hay elementos que puedan argumentar. Nada. El caso quedó limpio. Fue absolutamente injusto, indebido.

Y aquellos que se te fueron encima en los medios, ¿terminaron por reconocer que tú habías ganado el caso?

No. No lo hicieron. 

¿No te aceptaron el derecho de réplica?

Para nada. 

¿Cómo te reinventas después de esto? Me imagino que pasaste momentos tortuosos, como lo relatas. Anímicamente te sentías afectada. ¿Cómo se se puede reinventar una mujer como tú en un contexto como ése?

Muchas personas en mi lugar no querrían admitir que la pasaron mal. Yo sí lo puedo admitir.Me pegó demasiado porque no entendía en ese momento cómo todo lo que  había entregado a una institución se volteaba en mi contra. Fui a terapia, por supuesto. Las cátedras que imparto en la universidad me ayudaron a superar todo. Tengo además un canal de lectura que influyó en esto. Y, por supuesto, mis dos hijos y mi madre. 

¿Pensaste irte de Puebla?

Sí, porque fue duro. Fue difícil. Fue muy bien planeada la violencia política.

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HG/CR

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