Por Guadalupe Juárez
Hila Gilberto llegó junto a mujeres, niños y otros hombres a las 20:00 horas del sábado a Puebla, pero los agentes migratorios de la delegación en la entidad poblana no les dieron el mismo trato que en Veracruz, en donde los habían escoltado todo el tiempo.
“Apúrense, porque si no los vamos a tener que rescatar”, les decían, “rescatar” es el término que utilizan para detener, frase con las que los amenazaban a cada rato, apunta Hila en entrevista con Diario ContraRéplica Puebla.
En un poblado, mexicanos les ofrecieron que descansaran, les iban a dar alimentos y el permiso para que se quedaran bajo un toldo, pero los agentes del Instituto Nacional de Migración (Inami) les dijeron que tenían otro punto con medicinas y alimentos en donde podían hacerlo de manera segura, pero les mintieron.
El domingo 4 de febrero, un grupo de más de 300 migrantes que integraba parte de la “caravana éxodo de la pobreza” que venía de Veracruz fueron interceptados por agentes del Inami en Palmar de Bravo, en donde fueron golpeados y separados.
Hila Gilberto ayudaba a una mujer con su bebé que iba en una carriola, cuando vieron camionetas con Guardias Nacionales que los interceptaron y les pidieron que no se movieran, algunos corrieron por miedo.
Sin embargo, alcanzó a ver como un agente de migración recogió al bebé y se lo arrebató a su madre, él corrió para evitar ser detenido.
“Nos traían caminando y ya no aguantábamos, veníamos sin comer todo el día”, dijo una de las mujeres que caminaba de la mano con su hija en un video en redes sociales.
Otra mujer comentó que fueron pateados por los agentes de migración y que tres de sus hijos no aparecían, mientras que su esposo tenía la cara muy golpeada.
Poblanos que apoyaron a los migrantes los resguardaron frente a la iglesia donde ya se encuentran a salvo, sin embargo, con la incertidumbre de lo que suceda con ellos.
En tanto, otras personas se separaron y han tenido que esconderse por miedo a volver a ser agredidos.
La caravana está conformada por personas provenientes de El Salvador, Honduras, Guatemala, Venezuela, Cuba, Haití, Brasil, Mali y Guinea, a quienes les prometieron refugio por un año si acreditaban condiciones de vulnerabilidad.
Este grupo de migrantes viene desde Tapachula, Chiapas desde el 24 de diciembre del año pasado, con rumbo a Estados Unidos.
“Estamos sin novedad de saber qué va a pasar con nosotros, si algún permiso que nos permita transitar libremente hasta Ciudad de México, porque en realidad hemos recorrido demasiado y ya más de una vez migración ha entorpecido la caminata nada más”, afirmó Hila Gilberto.
En Palmar de Bravo esperan la llegada de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), pero esperan que el gobierno de México les otorgue refugio y les permita quedarse a algunos en el país.
Foto: Unicef