Registra Fiscalía dos víctimas de trata de persona en Puebla

En el primer mes del año en curso, dos mujeres han sido víctimas de trata de personas en la entidad poblana, de acuerdo con información de la Fiscalía General del Estado (FGE).

En enero se han abierto tres carpetas de investigación por este delito, pero sólo en dos se identificó que las víctimas eran mujeres. El año pasado, la entidad cerró con 38 denuncias, de las cuales 18 indagatorias se trataron de mujeres afectadas.

Lo anterior significa una disminución del 53 por ciento de los casos en comparación con 2021, cuando hubo 39 víctimas identificadas y se abrieron 37 denuncias por trata de personas en donde las víctimas son mujeres. En ese año se abrieron 49 denuncias por este delito.

Tlaxcala, en cambio, que se ha identificado como parte de un corredor de trata de personas junto a Puebla, sobre todo con fines de explotación sexual, las únicas cifras actualizadas corresponden al Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (Sesnsp), ya que no tienen una base de datos propia pública.

En 2022 registraron sólo una carpeta de investigación, pero seis víctimas de trata de personas de las que se desconoce más detalles. Un año antes fueron dos carpetas de investigación con 13 víctimas por trata de personas.

A pesar de que no hay detenciones recientes de tratantes, los datos que ha revelado la FGE de años anteriores tienen una constante: hombres que explotan sexualmente a sus parejas, a quienes amenazan con hacerle daño a sus hijos o contarles a sus familiares que se prostituyen, aunque son obligadas.

La justicia, en la mayoría de los casos, se ha alcanzado hasta ocho años después de que las mujeres fueron explotadas.

El 26 de abril del año pasado, la FGE indicó que obtuvo la sentencia de 23 años de prisión contra Jacobo Trinidad por trata de personas, ya que en 2014 “convenció” a un grupo de ocho mujeres de laborar como sexoservidoras a quienes les prometió un pago de 40 por ciento de las ganancias.

Las mujeres eran prostituidas en el bulevar 5 de mayo, les entregaba celulares para recibir llamadas de los clientes, pasaba por ellas y las trasladaba a moteles de la zona.

El 13 de mayo, la FGE informó la sentencia de ocho años de prisión contra Jesús Fulgencio por el delito de trata de personas en su modalidad de explotación sexual en agravio de su pareja de apenas 14 años de edad.

Fue en 2007 cuando el hombre estableció una amistad con la joven a través de un programa de radio para conocer personas, iniciaron una relación sentimental y vivían juntos, luego la obligó a prostituirse en un bar de la ciudad, y le exigía entregarle de 500 a mil 500 pesos por servicio.

Si no lo hacía, la amenazaba con decirles a sus padres a qué se dedicaba. La tenía encerrada en su casa, hasta que pudo escapar. La víctima ahora tiene 30 años de edad.

Cristóbal N. recibió sentencia condenatoria de 23 años de prisión por obligar a una madre con su hija a trabajar en un bar de su propiedad, debido a una deuda económica en el municipio de Atlixco.

Otro caso que terminó en sentencia fue el de una joven que era obligada a prostituirse en la 18 Poniente del Centro de la capital poblana, a quien su pareja sentimental la amenazaba con hacerle daño a su hijo de entonces dos años de edad.

La explotación sexual ocurrió en 2018 y el hombre Isidro N. con quien vivía en San Pablo del Monte, Tlaxcala recibió una sentencia de 28 años de cárcel.

Tomás N. era un tratante que enganchó a una joven menor de edad con quien mantenía un noviazgo en 2013, la llevó a una casa de citas en el Centro histórico y le exigía el dinero que obtenía de esta actividad. En 2014 la agredió físicamente, por lo que al auxiliarlo ella pudo denunciar su situación.

En 2014, una menor de 16 años encontró un trabajo en internet como empleada doméstica en una plaza comercial en el Centro de Puebla, Moisés N la enganchó y la prostituía cobrándole 20 por ciento por cada servicio, por lo que fue sentenciado a 10 años de prisión por explotar sexualmente a una adolescente.

Constantino y Marina tenían un bar en donde tres menores de edad trabajaban y se prostituían, por lo que fueron sentenciados a 22 años y seis meses de prisión.