La Maldita Vecindad, casa de 4 cabecillas

Por: Jaime Carrera

El Caníbal, El Pecas y El Come Uñas, además de ser peligrosos líderes criminales en la capital poblana, comparten algo en común: todos eran inquilinos de La Maldita Vecindad.

Más aún: todos tiene un nexo con Martín Juárez, líder de la organización de vendedores ambulantes 11 de marzo y responsable de dar vida a la vieja casona donde resguardaba mercancía de dudosa procedencia.

El ascenso de esos personajes y la delincuencia en la zona centro de la capital no se puede entender sin la impunidad, tampoco sin el ambulantaje.

La industria criminal en el Centro Histórico, a veces cauta, a veces alardeante, siempre solapada por las autoridades lleva más de una década entremezclándose con el comercio informal.

La relación entre cabecillas del ambulantaje y del crimen organizado se consumó en el inmueble con el número 805 de la 3 Norte. Las redes de cadeneros y estafadores y por mucho, la oficina central de redes de narcomenudeo, robos y almacén de productos de dudosa procedencia ahora es vigilado por autoridades estatales.

Durante meses, ese antiguo inmueble fue el centro de reunión del hijo de Martín Juárez: Alberto, El Caníbal o El Beto, actualmente recluido en San Miguel, y quien, en su momento, dejó a cargo de la Maldita Vecindad a El Pecas, líder de una banda de narcomenudeo en el barrio de Xanenetla.

Alberto también tenía vínculos la banda del Keops. De El Pecas poco se sabe. De acuerdo con fuentes extraoficiales, ha logrado escapar de los operativos realizados en La Maldita Vecindad y en la zona de Xanenetla, pero está bajo la lupa.

El Come Uñas, Luis C., es líder de la desaparecida banda de La Bolita. Fue detenido en 2011 y 2018 y puesto en libertad en ambas ocasiones. Su organización opera en mercados y tianguis como el de San Martín Texmelucan.

“Al final la impunidad creció y acabaron vendiendo droga, si otros presidentes municipales le hubieran entrado se habría evitado que llegara el narcomenudeo al centro. Se les dejó escalar poco a poco”, reveló un trabajador del Ayuntamiento de Puebla