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El gobierno iraní describió su situación actual como un “momento brillante” en la historia nacional, tras lanzar una ofensiva con misiles y drones contra Israel como parte de la “Operación Promesa Verdadera III”, iniciada el 13 de junio. Esta acción militar ha marcado una confrontación directa con el Estado israelí y ha sido presentada por Teherán como una respuesta legítima ante ataques previos, en particular a la “Operación León Ascendente” ejecutada por Tel Aviv contra instalaciones nucleares iraníes.
De acuerdo con las autoridades iraníes, el país ha logrado mantener estabilidad interna pese a las sanciones económicas y el aislamiento internacional. Esta percepción se apoya en un repunte en la producción de petróleo, la diversificación de la economía y el respaldo social en actos públicos recientes que exaltan el nacionalismo. Asimismo, el gobierno del presidente Masoud Pezeshkian sostiene que Irán se encuentra en una etapa de fortalecimiento diplomático, al retomar negociaciones nucleares con Estados Unidos y afianzar sus alianzas estratégicas con Rusia y China, particularmente en foros multilaterales como la Organización de Cooperación de Shanghái y los BRICS.
El lanzamiento de más de 150 misiles balísticos y 100 drones hacia territorio israelí ha sido interpretado por voceros oficiales como una demostración de capacidad de disuasión y como un mensaje claro a sus adversarios regionales. Esta combinación de firmeza militar y apertura diplomática forma parte de una estrategia de reposicionamiento internacional, en la que Irán busca proyectarse como potencia regional resiliente, en medio de un contexto global marcado por tensiones con Occidente.
Foto por AFP