Nación
La Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) rechazó categóricamente las acusaciones de violencia emitidas por autoridades federales, luego de los incidentes ocurridos el 4 de junio frente a la Secretaría de Gobernación (Segob), donde un grupo de encapuchados intentó ingresar al edificio durante una mesa de diálogo. El magisterio disidente afirmó que ningún funcionario fue agredido y calificó las imputaciones como una "falacia" que busca deslegitimar su movimiento.
En un pronunciamiento difundido este jueves, la CNTE sostuvo que lo que el gobierno denomina "violencia" es en realidad una "digna respuesta de una clase trabajadora que ha sido ignorada y despreciada". La organización enfatizó que las verdaderas agresiones provienen de las decisiones institucionales que perpetúan la injusticia, como la falta de una pensión digna y la continuidad de un régimen laboral tecnocrático impuesto por la Ley General del Sistema para la Carrera de las Maestras y los Maestros (USICAMM).
Desde hace 22 días, la CNTE mantiene un plantón en el Zócalo de la Ciudad de México, en el marco de una huelga nacional que exige la derogación de la reforma al ISSSTE de 2007, la cual sustituyó el sistema de pensiones solidarias por cuentas individuales administradas por Afores privadas. Aunque el gobierno ha ofrecido medidas compensatorias, como un aumento salarial del 9% y una semana adicional de vacaciones, los docentes consideran estas propuestas insuficientes y demandan una reforma profunda que restituya pensiones públicas dignas y elimine el uso de la Unidad de Medida y Actualización (UMA) para el cálculo de las mismas.
El diálogo entre la CNTE y el gobierno federal, encabezado por la presidenta Claudia Sheinbaum, se encuentra estancado. La mandataria ha expresado comprensión hacia las demandas del magisterio, pero argumenta limitaciones presupuestarias para revertir la reforma al ISSSTE. Mientras tanto, las protestas del magisterio disidente continúan en diversos estados del país, con bloqueos y movilizaciones que buscan presionar al gobierno para atender sus exigencias.
La CNTE ha reiterado su disposición al diálogo, pero exige que este sea genuino y con voluntad política para resolver las problemáticas estructurales que afectan al magisterio nacional. Asimismo, ha llamado a las autoridades a cesar la criminalización de la protesta social y a atender las demandas legítimas de los trabajadores de la educación.
El conflicto entre la CNTE y el gobierno federal refleja las tensiones existentes en torno a las políticas laborales y de seguridad social en México, y pone de manifiesto la necesidad de establecer canales de comunicación efectivos que permitan resolver las diferencias de manera pacífica y constructiva.