Puebla
La Secretaría de Cultura estatal halla la denuncia presentada por el homicidio del líder revolucionario que describe paso a paso este pasaje histórico.
Por Staff Contraréplica Puebla
La historia que todos conocemos sobre la muerte de Aquiles Serdán, líder del Partido Antirreeleccionista en Puebla, está basada en tres hechos: un agujero donde se escondió, un estornudo a causa de la fiebre que lo delata y una ejecución.
Sin embargo, la historia tiene muchas más sorpresas. Y para muestra, el expediente judicial del caso. Un documento de 411 hojas que fue hallado por el actual secretario de Cultura, Sergio Vergara, en el Archivo del Poder Judicial del estado.
¿Qué dice el expediente? Que Aquiles Serdán permaneció 15 horas adentro de un foso oscuro, algo muy “semejante a una tumba”; que el líder revolucionario fue descubierto por hacer ruidos —no estornudar— y que un militar llamado Juan Bede le perforó el cráneo en el instante mismo que asomó la cabeza y aunque fue sometido a juicio resultó exonerado.
Lo que no dice el expediente es que gracias a Filomena del Valle, esposa de Aquiles, ahora conocemos a detalle los preparativos, la organización y los hechos ocurridos el 18 de noviembre de 1910 que desencadenaron en la Revolución Mexicana y ubican a Puebla como el epicentro de la lucha armada que cambió para siempre al país.
LA OTRA HISTORIA
21 de noviembre de 1910. Tres días después de descubierto el complot libertario y un día después del inicio de la Revolución Mexicana, las autoridades locales detienen y encarcelan a Carmen Alatriste, Carmen Serdán Alatriste y Filomena del Valle, quien en ese entonces tenía seis meses de embarazo.
Fue en la cárcel donde nació Sara, la tercera hija del matrimonio Serdán del Valle, en cuyo bautizo —organizado tiempo después— participó Francisco I. Madero.
Cinco meses adelante, Filomena es puesta en libertad, pero la concesión de las autoridades no apagó la lucha de la esposa del revolucionario.
En un acto de auténtica osadía, el 24 de mayo de 1911 se presenta ante el Juzgado Segundo de lo Criminal para iniciar una denuncia en contra del gobierno del estado por los delitos de homicidio, robo y destrucción en propiedad ajena. Y es justo en esa declaración presentada ante la autoridad, recogida en el expediente 164, donde asientan una a una las acciones de los miembros del partido Antirreeleccionista en Puebla y cómo fue a través de una traición que las autoridades les echan el guante.
El caso, atendido por el juez Celerino Flores, establece que el 18 de noviembre de 1910, tropas militares ingresaron al domicilio de Filomena, (ubicado actualmente en la 6 Oriente 206, Centro Histórico) y dispararon contra las personas que se encontraban en el lugar, explicando que ella, así como la madre y hermana de Aquiles (Carmen Alatriste y Carmen Serdán) estaban a punto de ser víctimas de ese ataque.
“Que el día diez y ocho de noviembre del año próximo pasado como a las siete y media de la mañana se presentó en mi casa habitación, calle de la Portería de Santa Clara número cuatro, el Jefe de la Policía Don Miguel Cabrera, acompañado del Mayor Modesto Fregoso y de varios agentes de la misma, con el fin de practicar un cateo de la casa”, se asienta en el expediente.
También se relata el momento en el que Aquiles Serdán se ocultó por 15 horas en un agujero del suelo de su vivienda, para no ser atrapado por las fuerzas federales, mismas que al percatarse de un ruido que hizo, lo ubicaron y asesinaron.
“A eso de las dos de la mañana del día diez y nueve, entiendo que por algún movimiento que hizo y que no pudo impedir, pues llevaba en ese sitio semejante a una tumba quince horas, produjo ruido que alarmó a quienes guardaban la pieza”, relató la señora Filomena.
En este expediente figura el nombre de Juan Bede, un militar al que se le acusa de haber disparado contra quien habría iniciado en Puebla la rebelión maderista, no obstante, esta persona fue absuelta.
El documento, además, contiene dos ilustraciones (a color) de medicina forense, en las que se aprecia claramente el recorrido de las balas que le habrían quitado la vida a Aquiles Serdán.
La denuncia, para sorpresa de muchos, ya había sido conocida por el público en 1911, cuando el periódico El País, diario católico, reprodujo el expediente y anunciaba la caída de Porfirio Díaz.
El expediente no lo dice. Pero gracias a Filomena hoy sabemos mucho más de una gesta que cubrió a Puebla de gloria.