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Un pueblo amurallado contra el virus

Un pueblo amurallado contra el virus

Puebla martes 07 de abril de 2020 - 23:32

Por: Mario Galeana


La población estaba cerrada con odio y con piedras. Revueltas escribió esta línea en 1944, pero pudo haberla escrito ayer.

La población —Cuexpala— estaba cerrada con odio y con piedras y había prohibido el ingreso a cualquier persona. Estaba cerrada por el odio o por el miedo —cada vez es más difícil diferenciarlo— a algo que encima no se puede ver: un virus.

La advertencia yace impresa en una lona amarrada con cuatro cuerdas sobre el arco de entrada al pueblo, una sencilla construcción de tres columnas dispuesta sobre un camino polvoso en el municipio de Tilapa, bajo sol de la Mixteca poblana.


“Esta comunidad de Cuexpala también participa en las medidas preventivas contra el virus COVID-19. Debido a esto, se prohíbe entrada a todos los visitantes a esta comunidad, ya que sólo estamos respetando indicaciones federales en esta cuarentena. Por favor, no insistan en bañarse en el río, ya que se tomarán medidas extremas. Atentamente, las autoridades de esta comunidad”.

El río vedado es el Ahuehueyo, cuyo afluente cruza el pueblo en medio de ahuahuetes y árboles de anón. Algunos aseguran que, justo en estos días santos, la gente de otros pueblos de la región cañera hallaba en el río un solaz para refrescarse y pasar las tardes.


Por estos días, un grupo de tres o cuatro policías vigilan los accesos al pueblo e interrogan a todo aquel que intenta cruzar el arco.


En los árboles que circundan los accesos yacen otras lonas donde se advierte sobre las “medidas extremas” que se aplicarán contra los intrusos, lo que en la jerga de los pueblos puede significarlo todo.


Algunos medios de la región han asegurado que la prohibición se instauró en contra de los migrantes de Estados Unidos que suelen volver en esta época, y que la medida va tomando popularidad en otros municipios como Huaquechula, enclavado al pie de la ruta que recorre la Mixteca.


Allí, a la primera persona contagiada por el virus le fue aplicada la ley del hielo.


La población le cerró sus hospitales y sus tiendas y sus plazas, y la obligó a buscar atención en el Hospital General de Cholula.


Ayer, en conferencia de prensa, el gobernador Miguel Barbosa Huerta pidió a las autoridades municipales y auxiliares no impedir el derecho de tránsito a nadie.


“Si esto llegase a seguir ocurriendo, vamos a resolverlo”.


Pero, al menos ahora, la población está cerrada... con miedo, una lona y policías.

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HG/CR

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