Tiraditos

•En un ejercicio democrático para llamar a los abanderados a diferentes puestos de elección a asumir compromisos públicos, el Consejo Coordinador Empresarial (CCE) realiza desde la semana pasada una serie de encuentros con los diputados federales de las diferentes coaliciones y partidos. Ayer tocó el turno a los abanderados de Morena, ¿y adivine qué? René Sánchez Galindo dejó plantada a la plana mayor de la iniciativa privada. La razón es sencilla, el candidato por el distrito federal 12 tiene una larga cola que le pisen por su incapacidad como secretario de Gobernación municipal para ordenar el comercio informal, su sospechosa inacción solo favoreció a las organizaciones de ambulantes y, sobre todo, las continuas mentiras e incumplimiento de acuerdos. Si el incondicional de Claudia Rivera Vivanco pensaba que lo iba a exhibir en sus irregularidades, se equivocó y perdió la oportunidad de tomar al toro por los cuernos para sentar una nueva mesa de diálogo. Al final terminó por confirmar las sospechas de los empresarios, ratificó que el hombre encargado de impulsar el diálogo en el ayuntamiento de Puebla carece de inteligencia para abordar a sectores agraviados y, eso sí, insultó de nueva cuenta a un sector estratégico en Puebla que ha sido la víctima favorita del primer gobierno de izquierda.

ARRANQUE Y DUDAS

•Claudia Rivera Vivanco podrá ser la candidata de Morena a la alcaldía de Puebla, pero no podrá negar que se trata de un abanderamiento producto del dedazo, cuestionado y con visos de ilegalidad. A eso hay que sumarle la pesada loza del descrédito social que carga la presidenta municipal con licencia. ¿Con todo en contra, a qué le apuesta Claudia Rivera? De entrada, como lo reveló el periodista Mario Alberto Mejía en esta elección los contrincantes son Eduardo Rivera Pérez y el exgobernador José Antonio Gali Fayad. No hay más. En ese sentido, la feminista que se negó a fijar una postura en contra de Félix Salgado Macedonio es solo el vehículo de una lucha soterrada. La elección de este 2021 anticipa una baja participación ciudadana, por lo que se espera sea una lucha de estructuras y ahí lo que manda es la capacidad económica para aceitar la movilización. En otras palabras, lo que no podrían ganar por el convencimiento de la sociedad, la candidata pretende ganarlo por la vieja máxima obregonista: “Nadie rechaza un cañonazo” de dinero. Al tiempo.

•José Juan Espinosa Torres y Julio Lorenzini Rangel son más que aliados políticos. Desde hace años comparten las glorias del erario. Para este 2021, ambos pretenden quedarse con el gobierno municipal bajo las siglas de Morena. Ambos también comparten un oscuro expediente de irregularidades. El primero está denunciado por un desfalco superior de 100 millones de pesos. En el caso del segundo sólo basta con hacer una revisión de su paso por la gestión morenovallista para hallar toda una cloaca. Lorenzini pensó que tener el cobijo de Mario Delgado Carrillo le daba toda la impunidad, pero en su ingenuidad se fusionó el con principal enemigo de la 4T en Puebla. Ambos, ahora, pretende sumar fuerzas para atacar con cualquier pretexto al edil Luis Alberto Arriaga Lila, quien tuvo los tamaños de ponerles freno a sus rapacerías. Espinosa y Lorenzini han hecho circular la versión que Arriaga Lila ha traicionado a Morena y apoya a la candidata del PAN, PRI y PRD Paola Angón, lo cual no sólo es una vil mentira sino que demuestra su desesperación ante la serie de conflictos internos que enfrentan por la imposición de Julio.

Más allá de las lenguas viperinas, Arriaga se encuentra concentrado en garantizar un buen cierre de su gestión, muy lejos de los afanes electorales y con la convicción de garantizar equidad en la contienda. Lo demás es parte de la grilla barata que acostumbra el clan Espinosa-Lorenzini.