Tiraditos

BALAZO EN EL PIE

•Tiene razón el gobernador Miguel Barbosa Huerta al afirmar que no es una buena idea que Enrique Doger Guerrero sea aceptado en Morena, pero resulta peor para Ignacio Mier Velazco convertir a su exjefe y socio en su principal promotor con miras a 2024. Se trata de un balazo en el pie debido al antilopezobradorismo del exrector de la BUAP, una postura que no le ha servido para nada: ni con los morenovallistas ni para su propia capitalización política. Pero todos estos movimientos dejan algunas dudas interesantes. Es un hecho en los sondeos de opinión Enrique Doger barre por completo a Ignacio Mier, quien es un auténtico desconocido para los electores. Con esas condiciones, una posibilidad de que se cacaraqueara el respaldo del exedil al coordinador de Morena en San Lázaro podría ir en el sentido de ayudarlo a su posicionamiento. Doger, si bien fue un fracaso en la elección de 2018, aún cuenta con una base medianamente aceptable ya que sus negativos cada día van en aumento. Ligar la figura de Mier con la de Doger no es, por mucho, la mejor fórmula. Incluso, Mier corre el riesgo de que sea considerado como un títere del exrector, lo cual no está nada alejado de la realidad. En todo caso, Doger podría aprovechar la condición de su exempleado para favorecerse. Por otra parte, Doger es un agente tóxico debido a que si algo no es bien visto en Palacio Nacional es, precisamente, el pragmatismo político a costa de Morena. (Hasta Ricardo Monreal ha sido víctima de esa postura). No se trata de un tema de simpatías sino de mensaje de poder. El diputado federal ya fue puesto en el radar tras la detención de la operadora política de su hijo, cuya pareja sentimental vendía armamento a El Toñín. Ahora, una nueva tarjeta llegará al epicentro del poder en la que se informe que el enemigo de la 4T es el aliado de oro de Ignacio Mier. Y todavía peor si es que a eso se suma la pésima operación en San Lázaro para sacar adelante el paquete de ingresos para el ejercicio fiscal 2022. Mier Velazco fue rebasado en muchos sentidos y, como trascendió en algunas columnas políticas nacionales, la negociación la hizo directamente el presidente de la República. Mier, así pues, fue un invitado de piedra. Por último, el diputado federal es conocido por su alto pragmatismo, por lo que podríamos estar ante la nueva versión del deslinde de los aliados políticos, englobado en la enigmática frase: “Nos chingaron, compadre”. Al tiempo.

NUEVO ACIERTO

•La rectora Lilia Cedillo Ramírez ha dejado en claro que la BUAP vive un tiempo de renovación y frescura. Nada más la propia designación de la científica como candidata al gobierno universitario generó un respaldo cuasi generalizado, pero una vez que barrió en las urnas ha tenido a bien tener acercamientos cruciales para recomponer la relación entre la casa de estudios y los diferentes actores políticos. Eso ha sido acompañado con mensajes claves que todos esperábamos y que marcan un antes y un después. Un tema sensible es el manejo de recursos, pero también lo es la atención de todas las victimas universitarias por la pandemia. Lilia Cedillo se reunió ayer con Eduardo Rivera Pérez, alcalde de Puebla. No se trató de una simple visita. El mensaje es claro: para que la ciudad salga adelante del grave bache en el que fue sumergida es necesaria una nueva correlación de fuerzas y suma de esfuerzos. Sin duda, son tiempos de construcción y entre todos sacar adelante a la ciudad y al estado. Por eso siempre es grato dar buenas noticias en ese sentido.