Tiraditos

Puebla lunes 03 de agosto de 2020 - 20:22

TORPEZAS Y CONTAGIO

•Desde hace un tiempo, el diputado local por el PT José Juan Espinosa Torres anda muy nervioso porque el ruido de barrotes carcelarios suena en sus oídos. Eso le ha hecho caer en torpeza tras torpeza.

Por ejemplo: salir a defender al indefendible alcalde sustituto de Tehuacán, Andrés Caballero López, quien el 28 de julio convocó a una sesión presencial de Cabildo pese a que tres días antes le habían advertido que podría estar contagiado de Covid-19.

Aun así, el munícipe acudió campante y hasta pidió no discriminar a quienes están contagiados. Espinosa leyó en Twitter una crítica ante la estupidez del edil y se fue a la yugular de la periodista que hizo la puntual denuncia. “Pruebas”, demandó el diputado. Y las pruebas llegaron y le taparon la boca. Eso permitió saber que, aparte de torpe, José Juan es un hombre desinformado. Pero lo que es el colmo es que defienda a un edil que podría ser responsable de la violación del artículo 213 del Código Penal del Estado de Puebla, que aborda la premeditación

de contagio de enfermedades y establece prisión de hasta dos años.

UN ALCALDE EN PROBLEMAS

•A Jorge Alejandro Vera Palacios, alcalde de Lara Grajales, sólo le bastó un año para poner a todo su Cabildo en contra. Peor aún: los nueve regidores inconformes procedieron a su destitución, lo mismo que a las del Tesorero y el secretario de Obras Públicas.

El conflicto inició cuando un par de regidoras sorprendieron a todos los hoy repudiados de solicitar al comité ciudadano obra pública de una colonia que aceptaran firmar el costo de la pavimentación de una calle con un sobrecosto de 3 millones de pesos. El alcalde, que llegó por la vía de Movimiento Ciudadano, en lugar de serenar los ánimos y dialogar con sus regidores, prefirió envalentonarse y hacerles frente. Eso sólo provocó que la rebelión creciera y los cabildantes ciudadanizaran el conflicto. Por cierto, Lara Grajales es el feudo del líder estatal de la CTM, Leobardo Soto Martínez.

MEZQUINDAD Y CEGUERA

•Los odiadores de tiempo completo de Miguel Barbosa Huerta han mostrado su calidad moral desde hace tiempo. Sueltan rumores sobre su estado de salud, inventan historias de pugnas con la Federación, difunden mentiras sobre procesos de adquisición y licitaciones. Ahora que cumple un año de tomar protesta como gobernador, la oposición es incapaz de reconocer la efectiva lucha que el primer mandatario estatal de izquierda ha tenido contra la inseguridad pública. En promedio, según los datos más recientes de la Secretaría de Seguridad Pública, cada dos horas y media es capturado un importante criminal ligado a delitos de alto impacto. Tampoco están dispuesta a concederle un reconocimiento al titánico trabajo emprendido ante la emergencia sanitaria. Y, lo que es peor, ni siquiera hacen mención del encarcelamiento de un político que en el pasado era el perseguidor más importante de los periodistas. Ahora hasta dicen que es preso político. Ya ni la burla perdonan.