Tiraditos

Puebla martes 22 de septiembre de 2020 - 21:52

LECTURA ENTRE LÍNEAS

•El amplio reconocimiento que hace unos días hizo el presidente Andrés Manuel López Obrador al mandatario Miguel Barbosa Huerta no es cualquier cosa. Detrás existe un mensaje de poder innegable y también de agradecimiento. Y es que el gobernador de Puebla ha sido el único Ejecutivo estatal, sí el único, que se ha subido al ring para defender al líder de la 4T. En la última reunión de la Conferencia Nacional de Gobernadores, por ejemplo, Barbosa fue el único que plantó cara a la revuelta y la celada que el llamado Bloque Federalista pretendía tenderle a López Obrador. Uno a uno, Barbosa confrontó a sus pares con lo que mejor sabe hacer: el debate. Les demostró jurídica y argumentalmente que su petición estaba fuera de tino y que estaban llevando al país al irresponsable endeudamiento. ¿Y los otros mandatarios de Morena? Bien gracias, observando y dejando pasar lo golpes contra el jefe de la nación. Pero, viejo lobo de mar, Miguel Barbosa tenía otra sorpresa guardada para recibir al presidente en su visita a Puebla el sábado pasado relacionado con un tema crucial de la agenda nacional: la libertad de expresión, a raíz del caso Nexos y Letras Libres. Nuevamente, Miguel Barbosa fue el único en el país que anunció su respaldo al presidente y su decisión de ir a su lado

en el debate. En otras palabras, las balas primero contra el gobernador que contra el comandante. Por eso, las palabras de AMLO al exsenador del PRD fueron oro puro y para dejar constancia utilizó el tema que se ha convertido en el único argumento para atacar al poblano: su salud. Sano, fuerte, lúcido. Tres palabras que entre animales políticos dicen mucho más de lo que todos podemos oír o entender.

NOTICIAS DE ATLIXCO

•El alcalde de Atlixco está de plácemes. Buen jugador de la política, José Guillermo Velázquez Gutiérrez sabe que cuando el gobernador Miguel Barbosa Huerta suelta un elogio es porque quiere que todos se enteren de lo que piensa sin ninguna duda o interrogante. En la pasada visita de AMLO a Puebla, los mandatarios federal y estatal acudieron al municipio de las flores para supervisar los trabajos de reconstrucción por el sismo del 19 de septiembre de 2017. Fue allí en que el presidente municipal panista escuchó las palabras mayores. El espaldarazo es evidente. El reconocimiento también. Algo difícil de conseguir por parte de un integrante de la oposición.

UN MAGISTRADO EN APUROS

•Jorge Benito Cruz Bermúdez es un político que poco sabe de leyes, jurisprudencias y, mucho menos, del arte del litigio.

¿Qué sí sabe ser? Un empleado servil. Lo fue con el finado Luis Maldonado Venegas (el mayor mito construido en el morenovallismo y a quien le debe todo lo que ha sido su carrera política), con Rafael Moreno Valle, con José Antonio Gali Fayad y ahora con el presidente del Tribunal Superior de Justicia, Héctor Sánchez Sánchez.

Antes de que fuera designado magistrado del Poder Judicial poblano —cuyo ascenso provocó la ira del foro de abogados poblanos por ser una decisión absurda— fue un pésimo líder en el PRD, en donde no sólo no podía controlar a las tribus que ahí coexisten, sino que fue uno de los responsables de azuzar la persecución contra el grupo político de Miguel Barbosa Huerta. Fue, además, un secretario de Educación Pública que de política educativa sabía lo mismo que de astrofísica, pero su éxito fue administrar muy bien las cuentas del jefe, regentear las plazas e intentar domar a los líderes del SNTE. Luego, fue encargado de despacho de la Secretaría General de Gobierno, un cargo por el que pasó con más pena que gloria, ya que la gobernabilidad la llevaban en otra oficina. Y, por último, fue enviado al Comité Administrador Poblano para la Construcción de Espacios Educativos, el sitio que Maldonado Venegas y sus secuaces convirtieron en su mina de oro para saquear y hacer millonarios negocios. El resultado: un abultado expediente sobre obras pagadas y no realizadas. Y eso sólo es la punta.