Salvando al Soldado Peña
Columnas
La Tercera Guerra Mundial (Capítulo México) ha iniciado.
Harta de ser un chivo expiatorio, Rosario Robles hablará en contra de quien en su momento le dijo “no te preocupes, Rosario” frente a las acusaciones de haber perpetrado la Estafa Maestra: el ex presidente Peña Nieto.
(En la bolsa del Criterio de Oportunidad irán también, como involucrados en la trama, Luis Videgaray, José Antonio Meade y el gobernador Alfredo del Mazo).
Esta película no la habíamos visto completa.
Cuando menos en México.
La están pasando en España, teniendo como protagonista al célebre autor de la Caja B del Partido Popular, Luis Bárcenas, quien, a partir de la aprehensión de su esposa, ha amenazado con hablar —cantar como periquito— e involucrar a todos los altos mandos del pasado reciente, empezando por el ex presidente Mariano Rajoy.
(El chofer de Bárcenas ya empezó a cantar también).
¿De qué se trata el Criterio de Oportunidad?
Precisamente de eso: de cantar e involucrar a otro.
La propia Rosario Robles fue víctima de su gran amigo Emilio Zebadúa, quien la señaló como la gran responsable de dicha Estafa Maestra.
¿A quién van a señalar Videgaray, Meade y Del Mazo?
No lo dude el hipócrita lector:
Al soldado Peña.
¿Quién salvará al soldado Peña?
Sólo hay uno que puede hacerlo:
El máximo jefe de las fuerzas armadas de México.
¿Su nombre?
El presidente López Obrador.
Todos los caminos están llevando a Peña.
Todas las rutas de la traición llegan a él.
Emilio Lozoya fue el primero en abrir la puerta de ese Criterio de Oportunidad, que consiste también en abrir el pico para culpar a un superior jerárquico.
En esta trama el único superior jerárquico de todos los citados es el soldado Peña.
¿Quién más cantará en los próximos días?
¿El abogado Juan Collado o el empresario Alonso Ancira?
No es difícil imaginar el estado de ánimo de Rosario Robles.
Lleva meses en la cárcel sin oportunidad alguna de salir, salvo ésta.
En otras palabras, o canta o canta.
¿Irá a prisión el soldado Peña si la feria de las deslealtades se agudiza?
No lo creo.
En México es difícil imaginar a un ex presidente en prisión.
Hemos visto, sí, a ex gobernadores que van a chirona.
Pero un ex presidente, nunca.
Las puertas de Almoloya parecen reclamar al soldado Pérez.
Los bonos del presidente López Obrador llegarían al tope.
Su fama sería una fama brutal, nunca antes vista.
¿Atravesará el umbral?
¿Cruzará la otra orilla?
Columnistas bien informados juran que la victoria del presidente le debe algo al soldado Peña:
El gesto generoso de hacerse a un lado en la campaña presidencial de 2018.
Ese “hacerse a un lado” es el equivalente de sacar las manos.
¿Qué buscaba?
Lo que busca todo político mexicano de la vieja escuela:
Impunidad.
Tranquilidad del alma.
Inmunidad.
El presidente López Obrador —bien lo dijo el gobernador Barbosa el sábado en Tlaxcalantongo— no está hecho del mismo material de los políticos que lo antecedieron.
Su plumaje está construido de otro material.
Hoy tiene, pues, la oportunidad de hacer más y mejor historia.
Pero eso tiene que ver con encerrar al soldado Peña.
Y a propósito:
¿Dónde está tan tremendo soldado?
Dicen columnistas bien informados que está escondido en España.
Y lo peor: sin su Tania Ruiz de todos los santos.
Y peor: solo y enfermo.
Todos los ex presidentes parecen estar condenados al infierno.
Entre los más recientes, tres fueron víctimas del Alzheimer o la demencia senil: Echeverría, López Portillo y De la Madrid.
Otros fueron condenados por la historia:
Díaz Ordaz, Salinas, Fox y Calderón.
Sólo queda en el frente el soldado Peña.
¿Salvará el pellejo o alguien lo salvará por él?
¿Lo dejarán morir de inanición?
¿La historia lo alcanzará en forma de 4T?
La Tercera Guerra Mundial (Capítulo México) ya empezó.
En Puebla la inició el gobernador Barbosa.
Esto está por estallar aún más.
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/CR
