Los parquímetros de Puebla

“La calle no debe ser gratis para nadie que se atreva a introducir un vehículo. Y de hecho no lo ha sido nunca: los franeleros del Paseo Bravo, avenida Juárez, La Merced y San José cuentan con una variedad impresionante de tarifas fijas que descansan en una ilegalidad manifiesta: la apropiación del espacio público. Organizados, y en buena aparte coludidos con las bandas de roba autopartes que operan en la ciudad, han contribuido –junto con el comercio informal– a convertir la vía pública en patrimonio exclusivo de su miseria en detrimento de la inversión y generación de empleos”.

Dos meses han pasado desde aquella publicación y, ahora sabemos que en Puebla capital no tienen miedo a gobernar: de acuerdo a datos difundidos por Guadalupe Arrubarrena, síndico municipal, se han remitido al juzgado calificador a una veintena de franeleros; sólo uno de ellos pagó la multa correspondiente de 2 mil 400 pesos para evitar el encierro.

Por su parte, por el mal uso de los parquímetros se han infraccionado, al corte del mes de julio, a un acumulado de mil 641 usuarios de los más de 158 mil 458 registrados en la plataforma.

Estamos frente a un triunfo rotundo en materia de movilidad. No sólo por la cantidad impresionante de usuarios registrados, bien que mal el Centro Histórico sigue siendo el centro comercial más grande de la ciudad con cerca de 10 mil locales establecidos, sino porque detrás de cada sanción existe un intención pedagógica que tiene por objeto “obligar al ciudadano a ser libre” –parafraseando al viejo Rousseau–, es decir enseñarle a los poblanos a respetar el estado de derecho y vivir civilizadamente de la mejor forma posible: poniendo sus carteras como aval de su desobediencia normativa.

Conforme pase el tiempo, a fuerza de reflejo condicionado, como le hicieron al perrito de Pavlov: quedará sellado en la conciencia del automovilista poblano que cuatro horas un minuto equivale a una infracción de mil 224 pesos, y en consecuencia será preferible pagar por un estacionamiento en vez de convertir las calles en pensiones 24/7 para una tunda de burócratas y godinez abusivos.

Hoy en día es una bendición encontrar, entre semana, casi a cualquier hora un espacio disponible por la fabulosa suma de 10 pesos por 180 minutos de estancia en el primer cuadro, nos encontramos frente a un ahorro de 50 pesos en caso haber usado, en vez de parquímetro, un estacionamiento público; pongámoslo en perspectiva: el ayuntamiento de Puebla indirectamente acaba de pagar dos litros de gasolina con todo y la propina en tu próxima cita con Pemex.

Sin embargo las críticas se han enfocado en las “perversas intenciones” recaudatorias del programa; pero se trata de una idiotez consumada pues según la última información hecha pública, en materia de ingresos, el uso de los parquímetros han arrojado cerca de 161 mil pesos a la Comuna. Con eso no alcanza ni para los foquitos tricolores de Palacio Municipal este 15 de Septiembre.