La última llamada para rescatar el Río Atoyac

El gobernador de Puebla reconoció que el afluente se encuentra en un punto crítico, pues hay regiones en las que su contaminación podría estar causando enfermedades a la población.

Por Mario Galeana

Los gobiernos de Puebla y Tlaxcala han firmado un convenio para sanear el Río Atoyac, en lo que puede considerarse el último esfuerzo posible antes de que la contaminación del afluente se convierta en uno de los más grandes riesgos para la salud de la población.

El convenio fue signado ayer, es decir, tres años después de que la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) emitiera una recomendación a los gobiernos estatales y a distintas dependencias federales en la que considera que la afectación del río es, también, una violación a los derechos humanos.

Esto desvela, a decir del gobernador Miguel Barbosa Huerta, la falta de coordinación entre los gobiernos anteriores de ambos estados, que orillaron la situación del río hasta un “punto de colapso”.

“Porque podemos tener indicios de que en el Atoyac la contaminación ya llegó a un nivel tal que pudiera estar provocando enfermedades muy graves”, afirmó durante la firma, en la que también participó la secretaria de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) del gobierno federal, María Luisa Albores.

El mandatario también aseguró que los recursos que los gobiernos locales gestionaron para el saneamiento de la cuenca del Atoyac no sirvieron o “simplemente no existieron”.

“¿Cuándo limpiamos el Atoyac de quienes lo contaminan? Vamos a necesitar la colaboración de los municipios para clausurar todas las fuentes de contaminación. Granjas, industrias, talleres… porque podremos hacer cualquier acción de limpieza, pero si no evitamos que se siga contaminando, simplemente no habrá ningún paso adelante”, insistió.

Estudios académicos y de organizaciones civiles, como Dale la Cara al Atoyac, han reconocido que el número de empresas responsables de la contaminación del río es impreciso, pues va de las 20 hasta las 300 industrias.

Incluso la organización Agua para Todos identificó que había empresas como Bacardi, Cemex, Cerveza Cuauhtémoc Moctezuma, Audi y Pemex, que vertían sin permiso sus aguas residuales en el río, así como Tenería Continental, Bebidas Purificadoras de Puebla, la Industria Azucarera de Atencingo, la embotelladora Garci Crespo, Empacadora San Marcos, por mencionar algunos.

A la par, Barbosa Huerta exhortó a los alcaldes de los municipios donde atraviesa la cuenca del Río Atoyac a que clausuren a las empresas que hagan descargas ilegales.

Junto con su homólogo de Tlaxcala, Marco Antonio Mena Rodríguez, el mandatario expresó que gobiernos de Puebla anteriores hicieron acciones que nunca sirvieron para disminuir la contaminación en el Atoyac, esto a pesar de que ocuparon recursos federales y estatales.