Puebla
Por: Mario Alberto Mejía
Cuando llegó al gobierno del estado, Miguel Barbosa Huerta se encontró con un modelo de negocios y de poder que hoy está desmontando. No ha sido fácil. Hay resistencias al cambio incluso en algunos de los recién llegados. Éstas son algunas de las frases reveladoras en la segunda parte de esta larga entrevista con ContraRéplica Puebla:
"Con mucha decepción te puedo decir que hay personas que han ingresado al gobierno que yo encabezo y que a los 15 días les hemos detectado intentos de desvío, por ejemplo. O sea, que ya llegan con la intención de beneficiarse. (…) No cuentas que las estructuras de abajo están tan podridas como las de arriba. (…) Se crearon catálogos de precios en donde la corrupción está calculada y metida. Encontré un modelo que estamos desmontando. (…) Leo columnas, leo notas. Cuando leo una columna, lo primero que hago es decirle a mi mujer —a las seis de la mañana, cuando estamos empezando a hacer cosas—: ‘envíasela a tal, a tal y a tal, y diles en el mensaje que necesito un reporte’.
Si del reporte entiendo yo que no hay ninguna duda, no pasa nada. Si veo que hay alguna duda, le digo: dile que quiero su renuncia.
Mario Alberto Mejía (MAM): Para gobernar se requieren asesores. Suenan algunos nombres.
Miguel Barbosa (MB): ¿Ah sí? ¿Quiénes?
MAM: José Ramón Cossío, Santiago Nieto, Roberto Gil Zuarth… ¿Sí son tus asesores?
MB: Sí, en temas específicos. Cossío es nuestro asesor-consultor en materia legislativa.
MAM: Un asesor de lujo. Exministro de la Corte. El mejor para mí.
MB: De lujo. Roberto Gil es asesor en temas de energía y, también, legislativos. Tengo varios frentes.
Tengo otros en materia legislativa también de la Ciudad de México.
MAM: ¿Nieto?
MB: Santiago Nieto es alguien con quien tenemos mucha amistad. Y claro que llego a consultar cosas con él.
MAM: ¿Tienes algún asesor electoral?
MB: Sí, tengo los que fueron mis abogados electorales en el proceso ese complicadísimo: el gran juicio.
Son abogados electorales muy buenos. No porque sean famosos. Fueron secretarios de la Sala Superior en su
momento. Pusieron su despacho y les ha ido bien.
MAM: ¿Asesor en temas de seguridad?
MB: Sí tengo.
MAM: ¿Ardelio Vargas?
MB: Sí.
MAM: ¿Es tu asesor, gobernador?
MB: Sí, asesor. Muy cercano a mí.
MAM: ¿Tiene asesores en temas políticos?
MB: ¿Asesores en temas políticos?
Verónica Vélez (Risas). No, mira, mis temas políticos yo los resuelvo con mi gabinete.
Obviamente con David Méndez. Yo soy de opiniones colectivas. Tomo la decisión yo, eso sí. El que tiene el termómetro de las cosas soy yo.
MAM: Escuchas, pero tú tomas la decisión.
MB:El del feeling soy yo, porque así debe de ser, si no para qué.
MAM: En la posición en la que estás, gobernador, se requiere ser un poco secretario de Gobernación, líder del Congreso, Presidente del Tribunal, arzobispo... (Risas).
MB: Hoy no se puede buscar el poder por el poder. El 2018 fue el arranque de una nueva época en la vida pública de México. Antes se había deformado todo y muchos gobernadores vieron que era el momento de aprovecharse del manejo de sus funciones, y así lo hicieron.
Hoy, si no se entiende que estamos bajo el escrutinio rígido de la sociedad, los que ejercemos el poder público vamos a ser objeto de una enorme evaluación y sanción si lo hacemos mal.
Hoy requieres para gobernar una conciencia de que lo que haces lo estás haciendo para resolver las cosas de buena fe, de fondo, y no para crear círculos de beneficios.
Hoy debemos dejar de ser opulentos, ostentosos, ¿sí? Dejar de ver al poder como un hecho frívolo.
MAM: Es decir: ¿Se trata de no caer en las redes del hedonismo?
MB: Se trata de no disfrutar las cuestiones materiales del poder.
Hay que disfrutar las cuestiones... Iba a decir “espirituales”, pero se me hace con muy poca suerte esa palabra. Lo que hay que disfrutar es la emoción de ejercer el poder público.
MAM: ¿Qué tantos círculos pervertidos de ese poder encontraste, gobernador, cuando llegaste a Casa Aguayo?
MB: Bueno, yo encontré un modelo.
MAM: Un “modelo de negocios”, has dicho
MB: Sí, encontré un modelo de negocios. Y un modelo en la forma de vida, en la forma de ejercer el poder, en los círculos que se mueven o se movieron alrededor del mismo.
Eso es lo que yo llegué a encontrar.
Y romper ese modelo es complicado porque parece lo natural, lo recomendable. Parece que es lo que debiera ocurrir.
Y créeme que no es fácil encontrar que el espíritu de la honestidad, o de la voluntad de la honestidad, sea la que se instale en quienes ejercen la función pública o el servicio público.
Con mucha decepción te puedo decir que hay personas que han ingresado al gobierno que yo encabezo y que a los 15 días les hemos detectado intentos de desvío, por ejemplo. O sea, que ya llegan con la intensión de beneficiarse.
MAM: De reproducir el viejo modelo...
MB: Así es. ¿Entonces qué es lo que yo me llego a encontrar? Un modelo. O sea, el gobierno tiene 85 mil integrantes, fíjate. Es un elefante gordo, echado, reumático y mañoso, de acuerdo con esa metáfora que dice Andrés Manuel (López Obrador) sobre el gobierno federal.
Ese es Puebla. Así: 85 mil personas. Cuando tú llegas cambias los mandos, y cambias al secretario, a los subsecretarios, a los directores generales, a los directores de área, a los directores de departamento.
Y a lo mejor hasta ahí te quedas.
Pero no cuentas que las estructuras de abajo están tan podridas como las de arriba.
MAM: ¿Te dará tiempo en este periodo de gobierno de acabar con todo eso?
MB: Sí, claro que sí. Lo estamos haciendo. El gobierno se volvió, como dice el presidente, una agencia de contrataciones. Todo lo compra. No construye.
Todo lo adquiere. Entonces los gobiernos tienen que estar permanentemente llevando a cabo procedimientos de adquisición de servicios, de diferentes tipos de materiales. De todo tipo. Y la relación que se forma entre el gobierno y los proveedores es muy complicada.
Los gobiernos tienen que tener perfectamente claro que quien lleva una actividad económica tiene derecho a una ganancia lícita, pero lo que se ha provocado es una relación deformada. Se crearon catálogos de precios en donde la corrupción está calculada y metida. Encontré un modelo que estamos desmontando.
MAM: ¿Qué tantas resistencias has encontrado ante ese proceso de desmontar dicho modelo?
MB: Tengo un gabinete que está respondiendo con honestidad, con buena fe. Sin embargo, no he dejado de tener algunos indicios de cosas diferentes.
Per he tenido la firmeza para resolverlo. Le hago mucho caso a la prensa, por ejemplo.
MAM: ¿lees reportajes, columnas, notas?
MB: Leo columnas, leo notas. Cuando leo una columna, lo primero que hago es decirle a mi mujer —a las seis de la mañana, cuando estamos empezando a hacer cosas—: “envíasela a tal, a tal y a tal, y diles en el mensaje que necesito un reporte”. Si del reporte entiendo yo que no hay ninguna duda, no pasa nada.
Si veo que hay alguna duda, le digo: “dile que quiero su renuncia”.
MAM: ¿Te has encontrado con gente que no obedece o que no entiende el guiño?
MB: Sí, sí. El problema del que manda es que tenga capacidad para resolver todo. Cuando el que manda ya no puede resolver lo de abajo es porque el de abajo ya condicionó al de arriba. Entonces ya es su cómplice.