La Soledad que Abrasó a Miguel Barbosa

Mario Alberto Mejía (MAM): Un personaje cercano a ti desde hace tiempo, gobernador: Santiago Nieto.

Miguel Barbosa (MB): Lo quiero y lo admiro mucho. Es un gran jurista. Está haciendo un trabajo muy bueno. Le dio tamaño al cargo. Lo conocí como abogado electoral. Lo contratamos como asesor. Después el Senado lo votó de manera unánime para que fuera fiscal de la Fepade. Cuando vino la coyuntura de 2018 nos ayudó. 




No. Los abogados eran abogados privados. 



Claro, claro. Estaba encargado por la dirección nacional y por el equipo de Andrés Manuel para estar apoyando en Puebla. Te voy a decir quiénes eran mis abogados electorales, porque anda por ahí un abogadito diciendo que fue mi abogado electoral, y la verdad qué pena. Mis abogados electorales fueron dos. Venían de ser secretarios de Estudio y Cuenta de la Sala Superior: Iván Castillo y Joel Reyes. De México. Muy buenos. Veinte días antes de la elección de 2018 ya sabía cómo venía todo y le dije a mi mujer que guardáramos dinero para el litigio. Yo sabía que la elección se iba a ir a tribunales.



Se huele, se ve. Algo que no te dije cuando hablamos de ese fraude fue que hubo un momento, la noche de la elección, en que salí del salón donde estábamos como para airearme y en eso oigo gritos. Y vienen corriendo Verónica Vélez y Javier Pacheco, al frente de una turba. ¿Y sabes quién viene ahí? (Le pregunta a doña Rosario Orozco, su esposa). El Jaime Calderón. ¿Te acuerdas? 




Jaime Calderón es un abogado que era director del Registro Público de Tehuacán. Lo conocí desde niño. Entonces vienen corriendo, así, gritando. Todos corriendo para felicitarme. Y yo: "¿Qué les pasa?". Y me dice Javier Pacheco: "¡Pues ganaste, cabrón!". Algo así pasó. Entonces ya decidimos ir al zócalo y al Instituto Estatal Electoral. Pero antes subí a mi cuarto a lavarme la cara. Y en ese momento, justo cuando me estaba lavando, supe que esa celebración era momentánea. 




Esto no ha terminado, pensé. Esto apenas empieza. Y mi hijo, que es igualito que su mamá, lloró de emoción. Lo abracé y le dije: "Cálmate, hijo, gracias por tu apoyo". Porque él se vino a Puebla y dejó lo que hacía en México para venirme a cuidar. Y ya se regresó a México. Él no está acá. Él no hace negocios.



Ella venía los fines de semana, pero su trabajo está en la Corte. Ahora está estudiando en Nueva York. 



¿Qué estudia? ¿Derecho? 


Está haciendo su Maestría. Ha hecho muchos posgrados en muchas partes del mundo. Ahora está en una de las mejores universidades del mundo en materia de Derecho. Entonces esa vez les dije: "Esto apenas empieza". Les pedí perdón a mi esposa y a mis hijas por todo en lo que los había metido. Y ya nos fuimos al Instituto. En el ínter de que fui y regresé me habló muchísima gente de la vida política nacional. No voy a decir sus nombres porque unos están en desgracia. 



¿Te hablaron para decirte qué? 


Para felicitarme. Para felicitarme. También hablé con Lorenzo Córdoba, presidente del INE, cabrón.

¿Y qué le decías? 


Todo. Pero ya había una fiesta nacional porque había ganado Andrés Manuel. Todos estaban festejando. Puebla era el único estado que tenía esta condición. 



¿El único del país? 


El único. Y de verdad me sentí solo. Pero recuerda que cuando te sientas sólo, debes ser tú el que imponga la fuerza frente a tu gente. Nunca me doblé. Le puedes preguntar a Verónica Vélez. Nunca me vieron llorar. Nunca me vieron lagrimear. Nunca me quejé. Nunca. Nunca de los nuncas.


Pues nada. Estaba bloqueado, ausente. Sale el conteo rápido y dicen que no se puede dar por ganador a nadie, que la diferencia es de décimas, que no podían dar por ganador a nadie. Iba por unas décimas arriba Martha Erika, pero no se podía dar por ganador a nadie. Y comenzamos a ver que las casillas que habían servido para hacer los conteos rápidos seguían abiertas.



Sí. Claro. El conteo para que esto fuera en favor de Martha Erika, también estaba a nivel INE.

¿O sea que el INE avalaba las irregularidades? 


También. 



No me dijiste qué te contestaba Lorenzo Córdoba cuando le hacías ver esto. 


Nada. Nada. "Lo estamos viendo". Cosas así. Yo, en tanto, seguía quejándome con todas las policías. Con todos.¿Quién era el secretario de Gobernación? 



Diódoro. 


No. A nivel nacional. 



No. Osorio ya era candidato. 



Sí. También hablé con él. 



Navarrete Prida. Con todos hablé esa noche. Ese día. 



¿Y qué te decían? 


Todos respondían vaguedades. Diódoro, por cierto, es una porquería ese cabrón. Qué horror, qué horror. Yo nomás te digo una cosa: éste va a ser el primer proceso electoral en el que los órganos electorales estén libres. 



¿No te vas a meter para nada? 


Para nada. No voy a intentar controlar nada. Para nada. Para nada. Será muy diferente al 2018. Cuando pasó lo del hotel MM, ¿te acuerdas del señor que ya falleció? ¿El señor que se cayó? 



Omar Blancarte. 


Bueno… Entre las cosas que se le encontraron había una libreta donde...



Se la quitó (Erick) Cotoñeto.


Pues nos sé quién se la quitó, porque esos hechos después salieron de otra forma. El caso es que en esa libreta estaba la relación del control de los órganos electorales. 



¿Estaba todo el organigrama? 


Todo el control. Todo el control. Quién controlaba en cada municipio, en cada distrito. Todo. Con nombres. Así: "tal, tal cargo. Con nombre y control". 



De todo el estado. 



¿Casilla por casilla? 
Casilla por casilla. De todo el estado. Sección por sección. De todo. De todo. 



¿Eso les sirvió para armar el recurso? 


Todo se acompañó. Y después dijo la Fepade que en el MM no había nada, porque era el lugar en el que todos los partidos podían desarrollar sus actividades de recolección de datos. ¡Por favor! ¡Se llegaron a encontrar vehículos con boletas originales! Cuando irrumpió Morena con toda su gente se volvió un asunto de enorme emoción para todos. Un señor que era nuestro amigo, y después se portó muy mal, se volvió un gran influencerde Facebook. Tuvo quinientas mil reproducciones gracias a que transmitió la toma del MM. (Risas). Llegó gente de todo el estado. Les dio tiempo de venir, de viajar durante tres horas para agarrarse a chingadazos con la policía estatal, cabrón. Todavía llegaron a echar guante. (Risas).



Pero si ves el video que se grabó ese día, gobernador, descubres que hay personajes que ya se difuminaron.

Quedaron con el tiempo fuera de foco.


Pero muchos. (Risas).

Van otros nombres en espera de reacciones rápidas: Beatriz Gutiérrez Müller. 


La esposa del presidente. Tengo una gran admiración por lo que ha hecho en su vida con el presidente.

No. 







Sí. La conocí en La Radiante, con Sergio Mastretta.Ahí fue cuando conocí a la señora. 




(Risas). 



Eras muy crítico con él en una época. 


El día que vino a hacer un trabajo de presentación de los temas de salud comunitaria vi que era un hombre muy afable. Un hombre accesible. Hasta gentil. Todos tenemos una parte que a veces se nos da un poco en el sentido de ser inaccesibles. Pero yo conocí a un López-Gatell diferente. Estuvo sentado aquí a mi izquierda, y estuvimos platicando. Coincidimos en todo.

Muchas veces. Todavía la semana anterior. El lunes otra vez puso como ejemplo a Puebla por las medidas que se tomaron. Apenas que vino a Cuetzalan le dije: "Debo decirte una cosa, subsecretario: de entrada me caíste bien, y la impresión que me queda de ti es muy buena. Créeme que me caíste bien".