Investigación contra el Papa Benedicto XVI sobre complicidad en abusos es archivada

Hans Kornprobst, el jefe de la fiscalía alemana, reveló que las investigaciones no mostraron "sospechas suficientes de actuación delictiva por parte de los responsables de personal", es decir, a los arzobispos y el vicario general de Múnich y Freising, que serían Joseph Ratzinger, Friedrich Wetter y Gerhard Gruber.

Las investigaciones tenían base en un informe del bufete de abogados WSW (Westpfahl Spilker Wastl) que encargó la diócesis y se presentó a inicios de 2022. El fiscal considera que "las barreras para un enjuiciamiento son muy altas", aunque también afirma que hubo una serie de decisiones cuestionables; lo anterior se debe a los casos de religiosos que, tras una sospecha de abuso sexual, eran trasladados de una diócesis a otra. Sin embargo, esto no cuenta como complicidad a no ser que el delito ocurra de nueva cuenta debido a dicha decisión.

Sin embargo, el paso del tiempo hace que el delito principal ya haya prescrito, por lo que la complicidad también lo ha hecho; la iglesia podría sancionar a los religiosos por dichos actos, pero no podría ser considerado un delito penal en tanto que no hay indicios concretos.

En principio, la fiscalía analizó 45 de los 497 casos que presentó el informe de WSW; en 39 no hubo puntos de partida para una investigación y de los seis restantes, el difunto Papa era sospechoso de complicidad en dos.