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Jaime Arturo Ruiz | @jaimeruizmx
jaime@primermovimiento.com
- En un emotivo encuentro que reunió innovación, empatía y compromiso social, INFINITI y Nissan presentaron una historia que va más allá de la movilidad: una historia de inclusión, superación y futuro.
- Acompañados por la periodista y activista Bárbara Anderson, las marcas automotrices compartieron los frutos de su labor en materia de responsabilidad social, destacando el impacto positivo que han generado en miles de vidas a lo largo del país.
Uno de los momentos más significativos fue la entrega de una INFINITI QX60 adaptada para Lucca, hijo de Anderson, quien vive con una condición de movilidad reducida. Este gesto simboliza no solo el compromiso de ambas marcas con la accesibilidad, sino también la importancia de crear soluciones reales que respondan a las necesidades de todas las personas, sin excepción.
Educación y voluntariado: sembrando futuro
Desde hace años, Nissan e INFINITI han impulsado programas que buscan abrir caminos de desarrollo a través de la educación. Ejemplo de ello es la Caravana Monozukuri, que ha beneficiado a más de 12 mil niños, acercándolos al conocimiento sobre ingeniería, tecnología y el valor del trabajo en equipo.
Asimismo, con más de 400 graduados de la Universidad Nissan y más de 50 becas activas para jóvenes de escasos recursos, las marcas reafirman su compromiso con la formación profesional como una vía real para la movilidad social.
Sostenibilidad con causa
El impacto social de INFINITI y Nissan también se manifiesta en su esfuerzo por el medio ambiente. A través de sus campañas de reciclaje, han logrado recolectar 40.5 toneladas de PET, 1.2 toneladas de aluminio y más de 200 kilogramos de tapitas, materiales que han sido destinados a fundaciones como AMANC, que apoya a niñas y niños con cáncer.
Este modelo de sostenibilidad con causa refleja una visión integral: cuidar el planeta mientras se apoya a quienes más lo necesitan.
Movilidad e inclusión: un camino compartido
Más allá de la tecnología automotriz, INFINITI y Nissan apuestan por una movilidad verdaderamente incluyente. A lo largo de los años, han donado unidades adaptadas —como Urvan, NP300 e INFINITI QX50— a instituciones y personas con discapacidad, reafirmando que el acceso a la movilidad es un derecho que debe estar al alcance de todos.
La historia de Bárbara y Lucca no solo visibiliza los desafíos cotidianos de miles de familias, también representa una invitación a construir un entorno más humano. Como señalaron los representantes de las marcas, "cuando la innovación se une con la empatía, el camino deja de ser individual y se convierte en una ruta compartida hacia un futuro más humano, accesible y sostenible para todos."
Con iniciativas como esta, Nissan e INFINITI demuestran que las empresas pueden —y deben— ser agentes de cambio, promoviendo una sociedad donde el progreso no deje a nadie atrás.