El general Quiroga va en coche al muere, escribió Borges.
Yo podría decir lo mismo de un personaje que tiene en Puebla la responsabilidad de una consulta nacional el próximo domingo:
El delegado Abdala va en coche al muere.
Es decir: va disparado al cementerio político.
Es su tercer intento por hacer medianamente algo bien.
O el cuarto.
No importa: ha fallado en todos.
Un resumen apretado sería éste:
En 2018, Rodrigo Abdala de Bartlett —convertido para entonces en secretario de Organización de Morena en Puebla— tuvo en sus manos la estructura electoral.
Y se hizo acompañar de sus cuatro inútiles operadores:
César Addi, José Manuel Vera, Iztac Hernández Quiterio y Joshué Uriel Figueroa.
El resultado fue estrepitoso.
(Peor que el de la delegación deportiva mexicana en Tokio).
Al final de la jornada no tenían ni un porcentaje decente de la documentación electoral requerida como para defender los votos de Miguel Barbosa Huerta.
A partir de ese momento, se volvieron no sólo poco confiables, sino desechables.
Cuando menos para los poblanos de Morena.
El divorcio llegó, pues, en automático.
Pero los inútiles se integraron a la Federación y a la 4T en calidad de hombres de confianza del hoy caído Gabriel García.
Abdala, el Comodino, fue nombrado Súper Delegado.
Llegó a despachar a Bienestar.
Bueno…
Es un decir.
(La historia de su fracaso la he narrado ya en otros momentos).
Cuando surgió el programa de vacunación, nuestro héroe fue designado responsable.
¿Resultado?
Un ridículo brutal.
Pronto entró al rescate el gobierno del estado.
Ante la elección de 2021, los cuatro inútiles de Abdala —autodenominados Los Cuatro Fantásticos— renunciaron a sus cargos para operarle a Claudia Rivera Vivanco su fallida aventura por la reelección en el ayuntamiento de Puebla.
Nuevo fracaso.
La cuarteta regresó al cobijo de la Federación.
En dos minutos fueron reinstalados en sus puestos.
Hoy están organizando la consulta del domingo próximo: ésa que juzgará a algunos ex presidentes de la República.
Podemos anticipar el escenario basándonos en la ineptitud de Abdala y sus Inútiles.
(La duda mata: ¿quién será más inútil de los cinco? Todo indica que el Súper Delegado lleva la delantera).
Parafraseando a Borges:
El delegado Abdala quiso entrar en la sombra / llevando seis o siete degollados de escolta.
O cuatro para ser precisos.
Nota bene: un generoso hipócrita lector me mando unas líneas sobre los personajes ligados a Abdala.
Vean ustedes:
“Al igual que el (José Manuel) Vera, Cesar Addi, quien fuera porro de la BUAP y en su tiempo enemigo de Iztac (Hernández Quiterio), pues eran porros de distintas corrientes, vivía en un departamentito de interés social en La Margarita. Ahora también reside —como todos éstos— en Lomas de Angelópolis”.
El Diputado Huerta sigue Activo. Entre 1977 y 1979, el aún diputado Saúl Huerta, señalado de supuesta violación sexual equiparada en perjuicio de un menor de 15 años de edad, tuvo una genial idea como secretario del ayuntamiento de San Francisco Totimehuacán: le puso al principal mercado el nombre de Mario Marín Torres.
Quién lo iba a decir: uno está en una cárcel y el otro murió mediáticamente.
Y es que sigue cobrando como diputado federal en San Lázaro, pues su juicio de desafuero viene siendo pospuesto indefinidamente.
De hecho, si usted consulta el Sistema de Información Legislativa de la Secretaría de Gobernación se encontrará con que Huerta aparece en calidad de activo aunque sin partido político.
¡Ah, la extraordinaria duela del poder!