Feliz primer aniversario
Columnas
Cuando me invitaron a colaborar para escribir en ContraRéplica Puebla y hablar sobre mercadotecnia, me entusiasmé y de inmediato acepté el reto.
Cincuenta y dos semanas después, celebro todo lo que ha pasado en esta columna llamada “Entender para Atender”, que no ha sido otra cosa que una sana oportunidad para hablar sobre uno de los temas que más me apasiona, que es el marketing.
Al iniciar esta colaboración, también inició la pandemia y siendo muy honesto, les diría que me sirvió de catarsis y termómetro de tendencias, manejo de mis miedos e incertidumbres, dudas, triunfos personales y profesionales.
Digamos que esta columna, a lo largo del proceso, fue mi terapia para el encierro, una válvula de escape para externar pensamientos y un ejercicio de estructura mental para poner en orden mi caótica mente en zigzag, que como agudo respetado tengo.
Algunas de las colaboraciones, en verdad, me sentí muy orgulloso de haberlas escrito y las twitteaba, compartía por WhatsApp y en mis redes.
Otras –siendo muy honesto – al releerlas me daban penita ajena, deseaba que me tragara la tierra digital y esperaba que nadie se diera cuenta de este horrible tipo, o esta forma tan rebuscada de plantear las oraciones que muchas veces tengo, casi casi como Yoda.
Los temas tratados han sido fundamentales para que todos en la agencia me conozcan mejor, clientes y cuentas que ya no llevamos han tenido un lugar relevante en las historias, anécdotas y casos con clientes, analogías y teoría sustentada en ejemplos, pero, sobre todo, lo que esta columna ha tenido es
amor por mi profesión.
Se renueva el ciclo y el reloj se vuelve a poner en ceros a partir de la siguiente semana. Ahora mis artículos serán menos viscerales y más razonados (en las primeras colaboraciones escribí con groserías que ya no utilizo como recurso).
La columna la he escrito en mi casa en Puebla.
La he enviado desde Guadalajara, en donde tenemos una oficina y esta columna en específico la escribí en Phoenix, Arizona, en donde acabamos de poner un pie para atender el mercado estadounidense.
Hoy me siento agradecido y muy honrado por todas las personas que me han escrito, las que me han felicitado y las que se han sentido aludidas por mis historias.
Pienso seguir – si me lo permiten – colaborando con este medio y poniendo en práctica el ejercicio de creatividad y conocimientos que supone ser columnista. Es un horror que hayan pensado en mí para hablar de un tema tan ajeno a los lectores del círculo rojo, pero necesario en este año electoral que está por iniciar su etapa más fuerte.
El mantra de la agencia sigue más vigente que nunca, ENTENDER para ATENDER.
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/CR
