El último día de la atroz gestión de Claudia Rivera

Han pasado mil 087 días de un gobierno al que las encuestas catalogan con un fracaso generalizado.

Por Iván Rivera

Este día a las 23:59 horas, Claudia Rivera Vivanco dejará la presidencia municipal de Puebla, pero tras mil 087 días de gobierno, su mayor herencia será dejar la ciudad con decenas de problemas que no pudo atender en su trienio por falta de oficio político y que irremediablemente tendrá que reparar su sucesor: el desbordamiento del ambulantaje, prostitución, obras inconclusas y con mala ejecución, además de un avivado conflicto laboral por la entrega de 100 bases sindicales para sus allegados.

La herencia que dejará en la Angelópolis no será la prometida hace tres años, cuando aseguró que la ciudad gozaría de mayor seguridad, un sistema propio de vigilancia, calles pavimentadas, los jóvenes de escasos recursos contarían con becas, habría combate a la corrupción, el ambulantaje sería reordenado y hasta sería construido un segundo panteón municipal.

Por el contrario, calles como la 8, 10 y 14 Oriente- Poniente están repletas de escombros y con adoquines sobrepuestos, los expendedores ambulantes se apoderaron de la vía pública, los camellones y parques públicos fueron abandonados y no han sido podados, el atractivo “playa” de Amalucan está cubierto con moho y obras como la remodelación del bulevar Xonaca registran inundaciones por su mala ejecución.

En 36 meses, los poblanos han sido testigos de obras que nunca se ejecutaron. Tras el primer año de gobierno y sin ningún logro destacado, la edil poblana anunció la remodelación del mercado Unión y de la Central de Autobuses CAPU, aunque el discurso se volvió demagogia pues nunca fue elaborado un solo proyecto ejecutivo de ambas obras y mucho menos se llevaron a cabo.

Qué decir del mercado Amalucan, donde desde hace siete meses los comerciantes laboran debajo del puente elevado del bulevar Xonacatepec por una obra de remodelación que no fue consensuada y que incluso pretendía ser impuesta con tal de mejorar la desgastada opinión pública de la munícipe que hace cinco meses aspiraba a la reelección.

En tres años, la alcaldesa vio cómo los diferentes sectores de la sociedad poblana la dejaron sola, principalmente el gobierno del estado por su negativa para colaborar en materia de seguridad y ceder a su titular de la SSC, María de Lourdes Rosales, aunque también la iniciativa privada tomó partido y fue sumamente crítico por la falta de acciones para enfrentar la pandemia, el ambulantaje y por no generar condiciones para reactivar la economía con la llegada de la Covid-19. Rivera Vivanco terminará su trienio tal y como lo comenzó: con protestas de sindicalizados.

Desde el día 1 de su gobierno, fue recibida con una manifestación y un plantón por el presunto despido injustificado de empleados en la administración anterior, conflicto al que no pudo dar solución.

Hoy la historia se repite, pero por la entrega de 100 plazas laborales a sus amigos, familiares y colaboradores que no cumplen con la antigüedad para obtener una base.

Este día la alcaldesa abandonará su silla del palacio construido por Charlie Hall, pero la Comuna de Eduardo Rivera Pérez se quedará con una pifia de su antecesora: una huelga de brazos caídos en 26 áreas de la administración municipal por parte de los agremiados al Sindicato Único de Trabajadores del Honorable Ayuntamiento de Puebla e Instituciones Paramunicipales “Benito Juárez”.

El fantasma de la corrupción quedará impregnado en su gestión: Desde la compra de despensas para apoyos de la pandemia con sobrecosto, la contratación de auditores externos para encubrir procedimientos irregulares de adjudicación, hasta la creación de un cartel administrativo comandado por el excoordinador Ejecutivo de Presidencia, Andrés García Viveros, para operar sus propios intereses económicos con cargo a las finanzas municipales.

La respuesta de la edil ante los embates políticos contra su gobierno, intentaron ser esquivados bajo la victimización, al acusar violencia política de género y responsabilizar a los medios de comunicación, al Instituto Electoral del Estado y hasta al cambio climático por sus yerros cometidos.

Lo cierto es que cada una de las quejas levantadas en el Tribunal Electoral del Estado de Puebla (TEEP) fueron rechazadas, no así la denuncia contra su amigo Andrés García Viveros, quien fue vinculado a proceso por el delito de hostigamiento sexual contra una de sus empleadas.

A las 23:59 horas de este jueves, tras mil 087 días de una fallida gestión ganada gracias a la ola lopezobradorista, la morenista se irá de la Comuna con una avasalladora derrota en las urnas el pasado 6 de junio, sin “un buen comienzo” ni “un buen final”, repudiada por 8 de cada 10 poblanos y calificada entre los peores cinco alcaldes del país, según sondeos como Mitofsky y C&E Research.