El festejo de la batalla de Puebla que no fue

Por: Guadalupe Juárez

La celebración más grande de Puebla no fue. El bulevar 5 de Mayo no estaba repleto de zacapoaxtlas, xochiapulcas y franceses –ahora sólo hay unos cuantos en una ceremonia con cubrebocas-, en las banquetas no había gente en gradas o sillas esperando ver el desfile de los alumnos de las primarias y secundarias del estado bajo el rayo del sol.

Esta vez, sólo una corona floral frente al mausoleo de Ignacio Zaragoza adornaba la fuente situada en Los Fuertes de Loreto y Guadalupe y una mesa llena de autoridades con cubrebocas, que al llegar ni siquiera se pueden saludar de mano y tienen que dejar atrás los abrazos; algunos incluso optan por saludar como en los países orientales, con una ligera inclinación de su cuerpo hacia el frente.

Así, fueron las encargadas de conmemorar la Batalla de Puebla, su 158 aniversario, el primero que iba a encabezar el gobernador Luis Miguel Barbosa Huerta y que, en lugar de un desfile de carros alegóricos, contingentes y una ceremonia cargada de mensajes políticos, se redujo a un discurso lleno de datos históricos y en torno a los héroes de la batalla.

Habla de Napoleón, de Europa, de imperios, de cómo en Puebla se libró el enfrentamiento entre el “viejo continente” y el americano.

“Los poblanos de los barrios originarios y de militares como Ignacio Zaragoza, Ignacio Mejía y muchos otros, que constituían el Ejército de Oriente se situaron aquí en Puebla. ¿Por qué en Puebla se dio esta batalla?, porque Puebla capital siempre fue un centro de poder cultural, social, no podía el ejército francés avanzar en la ciudad de México sin dominar Puebla, esa es la condición de Puebla en nuestro país”, relata.

Sobre Ignacio Zaragoza dice que los historiadores conservadores lo han puesto en los libros como un general que estaba encerrado dirigiendo la batalla, cuando no fue así.

Y aprovecha la palabra conservadores, para recordar que ahora son los mismos que no comparten nada con nadie, pese a la emergencia.

En Puebla, no se pudo celebrar su fiesta más grande del año. Su recinto ferial se aplasta por el silencio y, en las calles, el vacío.