Detienen a cuatro por homicidios de estudiantes

Fue capturado el líder de la banda criminal que asesinó a tres jóvenes y un conductor de Uber en Huejotzingo, así como a otros tres del crimen de Aldo Padilla.

Por Jaime Carrera

Cuando se pierde a un ser querido, lo único que quedan son recuerdos. Recuerdos de lo que pudo o no ser, de las historias que faltaron por contar, de las vivencias que no se pudieron acumular. Pero lo que también queda es una sed de justicia, un hambre de no impunidad ni olvido.

La detención y pronta judicialización de un homicidio no le regresa la vida a cinco jóvenes cuyo futuro fue truncado por la delincuencia este 2020.

Lo que sí permite, es alcanzar el mínimo grado de paz en las madres y padres que no quieren ver a otras familias sufrir ante la pérdida de sus hijos.

Hoy hay esperanza. La noticia de la detención de cuatro presuntos responsables en el homicidio de tres universitarios y un conductor de Uber, así como de un egresado de preparatoria, permite confiar que habrá justicia y un castigo para quien cometió tan atroces delitos.

En su habitual rueda de prensa, el gobernador Miguel Barbosa se toma el tiempo para informar a los poblanos: se ha detenido al líder de la banda que asesinó a cuatro jóvenes en Huejotzingo y a tres de cuatro presuntos culpables del homicidio en la capital poblana del joven Aldo Padilla.

“Quiero incluir en mi mensaje, detenciones muy importantes: una, del líder de la banda que asesinó a los tres estudiantes de medicina, dos colombianos y un mexicano, y del conductor de Uber, está detenido y su nombre es Felipe Hernández Tlatelpa, alias El Pirulí”, enunció.

La información que circula en Internet acerca de El Pirulí es nula. No hay antecedentes. El presunto involucrado en el multihomicidio de Huejotzingo fue detenido después de nueve meses del cruento asesinato de Ximena, José Antonio, Francisco Javier y Josué Manuel.

Antonio y Ximena eran colombianos y Francisco era originario de Veracruz. El sueño de los tres era concluir sus estudios y servir a la sociedad como médicos, pero un grupo de delincuentes se les atravesó, los mató y dejó sus cuerpos en un paraje de Xalmimiluco, Huejotzingo.

“La otra es, ya la detención de tres de cuatro de los asesinos asaltantes del estudiante de la BUAP, ya los tenemos detenidos”, agregó el mandatario estatal, a una semana de que Aldo Padilla, aspirante a fisioterapeuta fuera asesinado durante un asalto en la ciudad de Puebla.

Apenas hace unos días, entre llanto e impotencia, familiares, amigos, vecinos y estudiantes que se solidarizaron con la causa, demandaron justicia y exigieron más seguridad a las autoridades: la delincuencia había cobrado la vida de un joven más: Aldo. Un hijo, primo, un amigo.

En agosto de 2020, integrantes de la Asamblea Universitaria 25/02 de la BUAP —surgida como movimiento de resistencia— habían advertido que las zonas aledañas a esa casa de estudios no eran seguras y que hasta ocho de cada 10 habían sido víctimas de un delito al exterior de la Universidad.