Puebla
Lo que fue una rueda de prensa para plantar cara a un reportero terminó en un grito desesperado del rector en busca de acuerdos.
Por Ignacio Juárez Galindo
Un video montado en redes sociales apareció al filo de las 14 horas. En la imagen se puede observar a dos rectores de la Universidad de las Américas.
A Luis Ernesto Derbez Bautista en plan retador y anunciando que la información publicada por este reportero era una campaña de mentiras que serían aclaradas.
El otro, un Derbez frente a la lente con ojos cansados, un tanto desaliñado –estamos acostumbrados a ver a un rector de una pulcritud de gentleman-, hablando desde un sitio desconocido.
La aparición tenía como fin anunciar una conferencia de prensa virtual a las 17 horas.
La hora llegó y, en efecto, Derbez Bautista enfocó sus baterías contra la publicación aparecida en este medio que lo liga con la sociedad Udlap Jenkins Graduate School, creada el 8 de enero de 2016, en la que participan sus vicerrectores Mónica Ruiz y Mario Vallejo, su director jurídico Jesús Mijangos y los abogados sobre los que pesan sospechas de desfalcar a la Fundación Mary Street Jenkins al trasladar 14 mil 276.2 millones de pesos a los paraísos fiscales de Barbados y Panamá.
La lámina que apareció en la reunión de Zoom titulaba: “¿Quién financia la campaña de mentiras?” y fue acompañada de una arenga en la que se decía que todo era falso, que este reportero no se tomó el tiempo para investigar y que una mano oculta fomentaba la campaña de desprestigio.
¿Cuál o cuáles eran las cosas graves que Derbez encontró en la publicación?
Que su vicerrectora Mónica Ruiz no fue su becaria y que Mario Vallejo nunca fue su chofer cuando fue secretario de Relaciones Exteriores.
El quid de la información, no obstante, fue confirmado.
-¿Derbez es socio de Udlap Jenkins Graduate School?
-Sí
-¿Formó la sociedad con sus vicerrectores y los abogados de la familia Jenkins de Landa?
-Sí.
-¿La sociedad fue protocolizada en la Notaría 2 de Cholula, encabezada por Mario Montero Serrano?
-Sí.
-¿Que esa sociedad ofrece servicios a la Universidad de las Américas Puebla?
-Sí y desgranó una lista de maestrías y estudios de posgrado que ofertan.
-¿Que en esa sociedad también se incluyeron a Consultoría en Instituciones de Educación Superior y a Asesoría en Dirección de Instituciones Educativas, representadas por Alejandro González Muñoz y Virgilio Rincón Salas, los abogados de la familia Jenkins?
-Sí.
Incluso, Luis Ernesto Derbez profundizó que él y sus vicerrectores no ganan un solo peso de la sociedad, pero sí rinden sus informes fiscales o que cuentan con un contrato de comodato para utilizar edificios de la Udlap para impartir sus cursos.
Luego vino una perorata que fue desde la descalificación a los integrantes del nuevo patronato hasta las denuncias de despojo, el alarmismo sobre un posible incumplimiento de pago de salarios por la toma de las instalaciones; que era risible que haya resultados negativos en tres días de auditoría, así como asegurar que encabeza una rectoría con finanzas sanas, transparente y honesta.
(Nota al calce: A este reportero se le negó la oportunidad de preguntarle sobre ese y otros temas al rector Derbez).
“ARMAR UN DESMADRE”
Pero el espacio destinado a dar una versión sobre una publicación y las acciones de los nuevos integrantes del Patronato de la Fundación Udlap estaba por derivar en otra cosa.
El primer mensaje de que la conferencia tenía otro fin se dio justo al arranque cuando Derbez presentó a vicerrectores, integrantes del Consejo Universitario y el líder del Consejo Estudiantil, es decir, no estaba solo.
Pero la carta principal fue la aparición de Gilberto Marín Quintero, el empresario poblano, socio de la española Iberdrola en la generación de energía eólica, integrante del Foro Económico Mundial y del grupo de inversión Alquimira, entre otros muchos cargos.
Y Marín Quintero cumplió con su tarea: ser la voz que pidió al gobernador Miguel Barbosa Huerta dialogar, platicar, sentar las bases de un acuerdo a favor de la universidad.
Aunque ese llamado de paz también fue acompañado de un análisis sobre lo que significaría mantener vivo en conflicto de la Udlap: Que Puebla sufriría un daño brutal si no se hacía algo; que los estudiantes de esa casa de estudios, al igual que los de la BUAP y otras universidades, saldrían a la calle a defender sus derechos; que los inversionistas extranjeros están preocupados por lo que pasa; que puede haber una fuga de fundaciones ante lo que ocurre; que perderíamos a la mejor universidad del país.
“Se puede armar un desmadre”, advirtió el hombre de negocios, pero acompañó sus palabras con una contraoferta: se puede negociar y dialogar con el gobierno del estado. Hay disposición y es la mejor salida.
Y como no queriendo, soltó la clave detrás del mensaje: la Udlap aglutina a los empresarios más importantes de México y a nivel internacional, y ellos no permitirán que Ernesto Derbez o sus vicerrectores sean defenestrados.
Traducción: Negociar, pero salvar al rector.
Gilberto Marín intervino de manera vehemente que se negó a que el moderador de la conferencia de prensa lo interrumpiera. Su mensaje, entonces, quedó claro, era lo más importante de la reunión: diálogo para solucionar un problema en una universidad encabezada por un rector que tiene a importantes amigos empresarios.
Y para no dejar a dudas de que el sector empresarial también se sumaba al cobijo, Ignacio Alarcón, presidente del Consejo Coordinador Empresarial en Puebla, estaba entre los asistentes, pero no tomó la palabra.
Entre la primera y segunda arenga de Gilberto Marín, Luis Ernesto Derbez contribuyó a fortalecer el mensaje y deslizó una salida digna: se iría solo si eso permitiera mantener la calidad educativa y prestigio de la institución encabezada por personas conocedoras del tema y no como los integrantes del nuevo patronato.
Tanto Derbez como Marín Quintero fueron un paso más adelante: Dejar que el conflicto al interior de una fundación se resuelva en los tribunales y que el conflicto en la universidad sea solucionado mediante el diálogo.
Así, lo que era una conferencia de prensa para desacreditar una información periodística terminó en una llamada de auxilio para salvar al amigo Luis Ernesto Derbez Bautista, que paso del rector enjundioso al rector que pide paz.