Columna racista pega a credibilidad de NYT

La columna de opinión del senador republicano por Arkansas, Tom Cotton, llamando a enviar al ejército a sofocar las revueltas raciales que se viven cada noche en las grandes ciudades de Estados Unidos ha provocado un auténtico tsunami en The New York Times, y no sólo a nivel interno.

A juzgar por las desafiliaciones de suscriptores al periódico estadounidense, los lectores ya no se sienten identificados con el medio. La revista online estadounidense Slate tuvo acceso al chat de Slack en el que se comunican los empleados de The New York Times, y comprobó como algunos de ellos comentaban con estupor cómo las cancelaciones se multiplicaban por minutos.

"Cada vez que refresco crecen más y más rápido", comentaba uno de ellos. "203 cancelaciones entre las cuatro y las cinco: la mayor cifra en una hora que hemos tenido nunca", apuntaba otro.

Ante la avalancha de comentarios negativos en el texto de Cotton que causó el despido del editor de opinión la semana pasada, el periódico además decidió eliminar la posibilidad de escribir comentarios porque no tenía suficientes moderadores para garantizar el filtrado de la avalancha de opiniones de los lectores.

The New York Times enfrenta además la revuelta de varios redactores del periódico contra la dirección editorial por permitir en sus páginas una opinión que "pone en peligro a los periodistas negros".

En las horas posteriores a la publicación de la columna de opinión, el chat interno del periódico en la plataforma Slack se convirtió en un hervidero. Decenas de empleados del New York Times expresaban su enfado por la publicación de la polémica columna de Cotton, mientras las altas esferas llamaban a la calma y aseguraban que se estaba preparando un comunicado junto a James Bennett, jefe de opinión del diario.

Efectivamente, el propio Bennett defendía en un hilo de Twitter su decisión de publicar una columna que claramente va en contra de la línea editorial del diario: "Las páginas de Opinión del Times debe a nuestros lectores la publicación de contraargumentos, especialmente los emitidos por cargos públicos".

"Publicar esto pone en en peligro a los redactores, editores y otros empleados de The New York Times en peligro", lanzaba la columnista afroamericana Roxanne Gay.

También mostró su desacuerdo públicamente el antiguo jefe de Opinión de The New York Times, Sewell Chan, pese a decirse "reacio a opinar sobre su alma mater": "La decisión de publicar a Tom Cotton pidiendo el despliegue del ejército para calmar los disturbios excede la buena práctica periodística".