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Columna en la que Sólo se Habla de Sexo

Columna en la que Sólo se Habla de Sexo

Columnas miércoles 21 de abril de 2021 - 17:46

Al principio circularon versiones encontradas:

El diputado Saúl Huerta estaba en un hotel de la colonia Juárez, en la Ciudad de México, con alguien denominado Tigre Blanco y un senador denominado rouge.

Comían —jura las fuentes— tlacuache asado acompañado de Coca-Cola hervida.

Luego se supo que no: que la víctima de acoso sexual y toqueteos era un niño de quince años de edad, quien se hallaba con el legislador de MORENA por razones de trabajo.

(También se supo que Tigre Blanco más bien es puma, y le va al América).

El diputado Huerta, por supuesto, ha tirado su carrera a la basura.

Nada tiene que hacer ya en las filas de MORENA ni en su campaña por la reelección.

Sorprendido por los uniformados, quiso alegar que era intocable por asuntos de fuero legislativo.

De nada sirvieron los pataleos.

(“Soy amigo de Tigre Blanco y el senador rouge”, se jactó).

Fue llevado a una agencia de delitos sexuales.

Qué abrumadora puede ser a veces la vida.

Sobre todo cuando el puma se siente tigre y salta sobre su inocente presa.

La noticia corrió como el niño de quince años.

¿Cuántas víctimas más habrán callado en el pasado?

O algo peor:

No fueron escuchadas.
Dicen los testigos que el diputado poblano —de origen priista— estaba fuera de sí.

¿Cómo no estarlo si el tigre resultó ser puma?

Un alaciado puma vestido de rouge.

Un puma muy abusador.

(Como todos los pumas).

Pero el problema mayor lo tendrá en casa.

¿Cómo regresará a ella después de ser la piedra de escándalo de las últimas horas?

Cuentan que el padre del niño está furioso.

Cómo no estarlo ante tamaño depredador.

El diputado, pues, difícilmente volverá a su curul.

Ya no cabrá en ella.

Lo que sigue —después del escarnio público— es su solicitud de licencia.

Y el adiós a las armas.

Los héroes están cansados y se han vuelto pederastas.



Otra Historia de Acoso. Erika de la Vega denunció al panista Eduardo Alcántara —un protegido de Tigre Blanco— por acoso sexual.

En sus declaraciones ministeriales, Erika reveló lo siguiente:

“Tenía un año acosándome y queriéndome vender una candidatura a nombre de Genoveva Huerta.

“Me citaba en su oficina, pero, como era demasiado obvia su mala intención, yo prefería citarlo en cafés o lugares públicos.

“Una amiga me acompañaba con sus hijas y me esperaban siempre cerca, porque Alcántara me amenazaba.

“Apenas me escribió diciéndome que no diga nada y que me dará alternativas, pero sus amenazas fueron lo que detonaron mi valor para denunciarlo.

“La pensé mucho por mis hijos, pero finalmente lo hice”.

Fuentes panistas juran que, al enterarse de los hechos, Genoveva Huerta —dirigente estatal del PAN— le dijo: “Pues es muy grave, pero si tienes pruebas preséntalas”.

Después de eso, apoyó al supuesto acosador y junto con Tigre Blanco lo pusieron en el primer lugar de la lista plurinominal al Congreso del Estado.

Ahí sigue muy tranquilo.

Con el apoyo de Tigre Blanco y N/A.

(De hecho, en un célebre chat Alcántara fue bautizado por ellos mismos como “depredador”).

Y aunque el Instituto Electoral del Estado resolvió a favor de Erika —y hasta toma medidas cautelares en contra suya—, las cosas siguen igual que al principio.

Es decir: con el victimario muerto de la risa en encuentros privados con Tigre Blanco y N/A.

Qué tigritos, qué pumas, qué gatunos.




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/CR

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