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Chat con el delincuente

Chat con el delincuente

Columnas lunes 19 de septiembre de 2022 - 00:01

Este fin de semana estuve muy cerca de formar parte de la estadística de los fraudes telefónicos. El día sábado llegó a mi WhatsApp el mensaje inusual de un colega, con quien mantengo una relación cordial, pero sin ningún lazo de amistad.

No me extrañó que saludara después de prolongada ausencia y preguntara si estaba ocupada. En ese momento sí, le propuse regresar el mensaje y así lo hice, sin nada que advirtiera algo extraño hasta esa parte.

Le pedí que me marcara directamente, pero respondió que su teléfono andaba fallando, entonces le dije que escribiera y lo hizo. Me platicó la desdicha de su banca móvil, que andaba en un apuro y tenía pena de molestarme.

“Paty, la verdad que pena contigo, pero estoy en una situación complicada económica, se me bloqueó mi banca móvil y necesito hacer un trámite que tenía pendiente, pero el problema es que todo mi efectivo lo manejo mediante mi banca”, decía su texto.

Sin rodeos mi respuesta fue: “discúlpame, no tengo dinero disponible”, pero insistió si estaba sola, le respondí que en casa de mis suegros y me pidió que le saludara a mi esposo –a quien él conoce–, mientras seguía el intercambio de mensajes. Admito que me molestó continuar una conversación finiquitada.

Fue entonces que le escribí a mi querida Karla Sánchez para contarle y me dijo: “no lo voy a defender, pero me encontré este mensaje: ‘Mi número de WhatsApp fue hackeado, no hagan caso de los mensajes que les lleguen en mi nombre’”.

El asombro vino acompañada de la respuesta “Madre mía, estoy chateando con el pinche delincuente”. Mi último mensaje al susodicho fue: “no sé si eres tú o es otra persona. Fin de la plática”, así que procedí a bloquear el número y denuncié el contacto a WhatsApp. Mi amigo Fernando Thompson (el gran experto en asuntos tecnológicos) recomendaría elevar el nivel de seguridad de la cuenta.

En cuestión de segundos me sentí irritada conmigo misma porque soy la primera en advertir a la familia y al auditorio que no bajemos la guardia, los malvivientes aprovechan preguntas triviales como la ventana de oportunidad y casi caigo en la trampa.

Los cibercriminales han actualizado sus métodos delictivos engañando a todo mundo con su amabilidad y confianza, mientras obtienen de la víctima sus datos personales, contactos, fotografías y números bancarios.

El fraude telefónico se da a través de varias modalidades: Suplantación de números, intercepción de mensajes de texto, reciclaje de números telefónicos, clonación de dispositivos, fraude de portabilidad, clonación de SIM y hackeo de buzón de voz.

En México, 90 por ciento de las extorsiones denunciadas fueron realizadas vía telefónica seguidas del fraude bancario y al consumidor. El año pasado se registraron 52 por ciento más denuncias de fraudes bancarios realizados principalmente por llamada telefónica, mensajes y correos, según la Condusef y la Asociación Mexicana de Bancos.

Decidí compartir la anécdota del fin de semana con mis lectores y radioescuchas para que logren aplicar un mejor criterio que el mio al momento de chatear con supuestos conocidos. A estas alturas, volveré a desconfiar hasta de mi sombra.

Envie un mensaje al numero 55-11-40-90-52 por WhatsApp con la palabra SUSCRIBIR para recibir las noticias más importantes.

/CR

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