Por Guadalupe Juárez
Paola T. ex esposa de Gabriel G., -quien integra la planilla como regidor del candidato de Movimiento Ciudadano a la presidencia municipal de Puebla, Rafael Cañedo Carrión-, acusó que hay una carpeta de investigación por violencia familiar en contra de su ex pareja desde 2019, además relató una serie de abusos hacia ella y su hija de 7 años de edad.
En entrevista, acusó que la menor es expuesta mediáticamente por su padre, inclusive en actividades de la campaña, por lo que hizo un llamado a revisar su candidatura para evitar que llegue a un puesto de elección popular.
“Lleva a mi hija al partido, a que milite con él, cosa que no es legal utilizar a un menor como parte de la imagen. (…) él busca tener aliados en la política para tener inmunidad, la cual se da en la política cuando tienes un puesto así”, expresó a ContraRéplica Puebla.
Gabriel G. se encuentra en el cuarto lugar de la lista de candidatos a regidor de Cañedo Carrión, a quien acompaña en diversos eventos, lo cual está consignado en redes sociales.
Paola recordó que su relación de noviazgo con él inició cuando ella tenía apenas 17 años de edad y él 25 años, tres años después concibieron a la hija de ambos, se fueron a vivir juntos y se casaron.
Sin embargo, en esta nueva etapa de pareja ella comenzó a sufrir violencia psicológica que empezó a escalar a la física con empujones y jaloneos constantes, en la que frecuentemente él le recriminaba “que no sabía cuidar a su hija”.
Después de tres años de casados, él le pidió el divorcio, proceso que se volvió complicado cuando no accedió a firmar un acuerdo, y en el cual se llevó a la menor con él al recalcarle que no era capaz de cuidarla.
Semanas después, llegaron a un acuerdo verbal de hacerse cargo de la menor por turnos de una semana cada quién en junio de 2019, tiempo en el que retomó su vida y recibió terapia en la que se dio cuenta de la violencia que la envolvía.
En una ocasión, al salir del país por trabajo, el ahora candidato a regidor le negó a su hija por teléfono, al ir a la guardería por ella, le dijeron que la menor estaba enferma y que se la llevó su abuela paterna, quien se negó a dársela.
Su ex esposo le comunicó que estaba demandada por la guardia y custodia y que ya no se la iba a entregar, momento en el que forcejeó con él, por lo que llamó a la policía, la cual le recomendó denunciar por violencia familiar, ya que no procedió una por sustracción de menor.
Así se abrió la investigación 149/2020/ UVFyDG en noviembre de 2019, la cual se mantiene abierta a la fecha. Por dos meses no supo el paradero de su hija, hasta que logró convivir con ella en febrero de 2020.
En una ocasión, cuando la menor estaba con ella se percataron que tenía moretones en el cuerpo y marcas de mordidas en la espalda, por lo que recurrió al DIF Estatal para que la revisaran. Al notar estas agresiones, la psicóloga le dijo que sí era víctima de abuso sexual.
Gabriel llegó al DIF Estatal, transmitió en vivo que su ex esposa estaba coludida con Vanessa Barahona, quien era titular del Sistema de Protección Integral de Niños, Niñas y Adolescentes y tía materna de Paola, se encerró en el baño con la menor hasta que llegó la policía.
Debido a que en la valoración arrojó que el agresor sexual era el tío paterno de la menor, tuvieron que acudir a la Fiscalía General del Estado y la menor se quedó en la Casa de la Niñez unos días, mientras avanzaba la investigación.
Mientras contrató a asesores legales para que su hija regresara, la FGE indicó que no fue violación, y desestimó la denuncia al señalar que no había pruebas suficientes. Gabriel aprovechó para decir que era a él a quien acusaban como un intento de quitarle a su hija.
En tanto, un juez familiar insistió en que ambos eran aptos para hacerse cargo de la pequeña y se quedan con la guardia y custodia compartida, establecida legalmente. No obstante, el 2 de marzo de 2020, días antes de que se activara la emergencia sanitaria por COVID-19, la menor ya no llegó a la escuela.
De esta forma, denunció la sustracción de la menor, sin saber nada de ella, una familiar de él le confesó que estaba en Toluca, Estado de México, dio aviso a las autoridades, pero él argumentó que se debió a la pandemia para salvaguardar la salud de la niña.
A raíz de eso, sólo convivió con ella por videollamada hasta que se levantó la emergencia sanitaria, lo cual la distanció de la menor, relación que a la fecha no ha podido reanudar, pues sólo la logra ver en los recesos y en la escuela, al no lograr por completo su custodia, ya que consideró que han puesto en contra a su hija.