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Algunas Razones por las que Perdió Claudia Rivera

Algunas Razones por las que Perdió Claudia Rivera

Columnas miércoles 09 de junio de 2021 - 17:28

El brutal fracaso de Claudia Rivera Vivanco en la puja por la presidencia municipal de Puebla hay que rastrearlo en un hecho que ocurrió hace 3 mil 900 millones de años, cuando el sol —nuestro mismísimo astro rey— atrajo a un planeta intruso a nuestro sistema planetario.

(Todo esto gracias a su fuerza gravitacional).

Con el tiempo, los sumerios llamaron a ese planeta Nibiru.

Gracias a un artículo de Alejandro Maidana —en el que me basé para esta sesuda investigación—, sus habitantes, los anunnaki, “vinieron a la tierra hace miles de años en busca de oro y minerales. Distintas escrituras explicitan que gracias a su avanzada ingeniería genética, fueron estos quienes dieron origen a la raza humana”.

Enterado de esta trama, gracias a sus estudios gnósticos, Roberto Zatarain se convirtió en un estudioso de tiempo completo de los anunnaki, y, cosas del misterio, se convirtió él mismo en uno de ellos.

Fue entonces cuando tiró a la basura los libros de los Jodorowsky —Adán y Alejandro— y entró de lleno en la ruta del misticismo disruptor y del hackeo mental.

Los astros se movieron de tal forma que eso coincidió en el tiempo y el espacio en que conoció a una candidata a la presidencia municipal de un planeta llamado Puebla: Claudia Rivera Vivanco.

Tras una primera conversación, la abanderada de Morena se dio cuenta que el materialismo histórico y dialéctico nada tenía que hacer frente al gnosticismo, y lanzó por la ventana sus tres libros de cabecera: El Manifiesto Comunista, El Libro Rojo de Mao y Cómo leer al Pato Donald.

Lo primero que hizo, tras arrancar su campaña electoral, fue deshacerse del ego conscientizado, lo que la llevó a levitar por primera vez en el Pasaje del Ayuntamiento.

Los testigos, por desgracia, fallecieron víctimas del covid.

Eran dos: doña Maruca —vendedora de tamales— y don Epigmenio —abuelo de Epigmenio Ibarra.

También se introdujo en los secretos de la Inteligencia del Amor.

Siempre, faltaba menos, orientada por quien empezó a llamar “mi gurú”, apelativo cariñoso que terminó convertido simplemente en “migu”.

Convertidos en pareja sentimental, dueños ya del Ayuntamiento y de los manejos sarcásticos del metalenguaje, continuaron su travesía cosmogónica hacia el más allá —como Buzz Lightyear y Woody—acumulando poder y dinero, sí, pero todo blanqueado por la natural renuncia al Ego y al Súper Yo.

Una vez que con los años consolidaron el triunfo de los anunnaki sobre los poblanos, se hicieron llamar Ninki y Enki.

Enki —todo mundo lo sabe— fue enviado a la tierra por su padre —Anu.

Alejandro Maidana explica así esta cruzada:

“La idea de este viaje no era otra que la de poder establecer un puerto espacial en el golfo pérsico, para, de esta manera, construir una gran refinería para la extracción de oro y minerales. Los anunnaki enfrentaban un grave problema en su ecosistema: en el planeta Nibiru los rayos ultravioletas del sol de su galaxia estaban causando estragos debido a su débil capa de ozono, y necesitaban el oro para su propia supervivencia.

“Enki pidió permiso a su padre para construir la primera población en la Mesopotamia Meridional”.

Enki Zatarain, pues, quiso emular a su figura rectora y conquistar Puebla de nuevo.

De esta manera convenció a Ninki Rivera para que se reeligiera.

Hicieron alianzas para ello con todas las tribus bárbaras que habitaban el valle de ese planeta llamado Puebla: los galilitas, los manzanares, los evangélicos, los Vicentillos y otros más.

También sumaron a su lucha épica a los floreros, las lujanes y los yáñez y los delgados.

Todo estaba perfectamente cuadrado para el triunfo de su trama.

Sólo un problema hubo.

Jamás se imaginaron que los poblanos estuvieran tan hartos de los anunnaki como lo estaban.

Entonces todo se vino abajo.

Ninki Rivera se refugió en sus habitaciones y Enki Zatarain regresó a los seminarios cosmogónicos que da a través de Instagram.

Desde hace varios días sólo se comunican a través de la mente y hacen algunos ejercicios tántricos.

Ella está desolada, pero también furiosa.

Y como buena anunnaki jura que su venganza no tendrá fin.



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/CR

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