Ahora decide el pueblo

Columnas lunes 12 de mayo de 2025 - 22:38

Durante décadas, la justicia en México fue controlada desde las élites. Alejada del pueblo, de sus causas y de su voz.

Hoy eso cambia: por primera vez en la historia, será el pueblo quien elija a quienes imparten justicia en su nombre.

Este 1 de junio, millones de mexicanas y mexicanos podrán votar para elegir a 881 cargos judiciales: jueces, magistrados y ministras del país.

Este cambio no es menor. Durante años, el poder judicial funcionó más como un escudo de intereses privados que como garante del interés público. Casos como el de Melgarejo Construcciones, donde un fallo judicial favoreció a una empresa por encima de los derechos colectivos, nos recuerdan por qué urge transformar este modelo.

La reforma judicial impulsada por el movimiento que encabeza la Presidenta Claudia Sheinbaum busca acercar la justicia a la ciudadanía, con instituciones más legítimas y representativas. Elegir a jueces y magistrados en las urnas fortalece la legitimidad institucional y devuelve el poder a donde debe estar, a la gente.

En Puebla estamos preparados, bajo el liderazgo del gobernador Alejandro Armenta. Aquí se elegirán Ministros, Ministras, Jueces, Magistrados y Magistradas a través del voto libre y directo. Este no es un reto menor, pero sí uno que asumimos con seriedad y con respaldo social.

Puebla siempre ha estado del lado de los grandes cambios nacionales. Apenas conmemoramos el 163 aniversario de la batalla el 5 de mayo, junto a la Presidenta Claudia Sheinbaum, y una vez más nos toca estar a la altura de un hecho histórico.

Aquí se está trabajando para que cada vez más las políticas y acciones de gobierno cuenten con la participación de la gente. Ahora viene este nuevo reto nacional, y estamos listos para asumirlo.

La participación de Puebla será clave para construir un modelo de justicia que no se quede entre escritorios, sino que escuche y responda a quienes representa.

Claro que hay quienes cuestionan el cambio. Transformar no es fácil. Incómoda. Pero es justo ahí donde se definen los avances reales: en la decisión de dar el primer paso, aunque no todos estén listos para verlo.

Escribo estas líneas convencido de que hay momentos en los que la historia se decide en las urnas. Este, sin duda, es uno de ellos.

Este momento es nuestro: salgamos a votar, participemos, asumamos este hecho histórico con responsabilidad. Ahora se escucha a la gente.

Ahora la justicia se construye con participación. Ahora el pueblo decide.

La justicia no volverá a ser lo que era. Y eso, es una buena noticia.