Abrazando grandes cambios (primera parte)

Dándole vueltas en mi cabeza a un proyecto “grande”, me di cuenta de que llevo ya un gran rato postergándolo al querer hacerlo perfecto. Y es que el sentimiento de no estar bien preparada todavía, de querer seguir estudiando para ofrecer un mejor servicio, sumado con el clásico síndrome del impostor, no me ha dejado avanzar y cada día que me fallo y no avanzo me digo: bueno ahora si empiezo el lunes.

Seguramente también te pasa a ti… Y es que cuando queremos hacer grandes cambios o lograr algo que consideramos importante, nos quedamos paralizados… nos da miedo ejecutarlo. Creemos, por lo general, que no vamos a lograrlo. Increíble que tengamos tan poca confianza en nosotros mismos en cuanto a cosas “positivas” … porque para regarla, sabotearnos, subir de peso, tronar algún negocio, etc., para eso si no dudamos en absoluto en que somos los reyes en echar a perder las cosas.

Preguntas como si estaré lo suficientemente preparado, o si realmente le interesará a alguien el producto que quiero ofrecer, o si podré entregar un buen servicio, entre muchos otros pensamientos negativos y apocalípticos, tienden a invadir TODOS nuestros pensamientos y la creencia de no ser suficiente, secuestra nuestra mente.

Tenemos que entender que todo cambio, chico o grande, comienza con pequeños pasos. Tanto como si quieres bajar tres kilos como 30 o correr 5 kilómetros como 50. Si quieres vender pasteles caseros como si vas a montar una fábrica de producción masiva, o si quieres leer un libro a la semana o acabar de una vez por todas uno que ya está todo empolvado. Porque el resultado no es lo que importa mientras comencemos YA con pequeños pasos TODOS los días.

Autores como Stephen Covey o el mismo James Clear en su libro “Hábitos Atómicos”, nos dicen lo mismo: el secreto para desbloquear nuestro potencial comienza AHORA, haciendo pequeños cambios, pero CONSTANTES, que sumados nos darán los resultados que buscamos.

Y es que el chiste es empezar… Si nos ponemos a “visualizar” lo que queremos lograr en el largo plazo, te aseguro que lo único que vamos a lograr es sentirnos sobrepasados y paralizarnos.

Imagina esto, qué pasaría si mañana, YA de una vez, pones tu despertador 15 minutos antes, ¿qué gran cambio sería? Aparentemente ninguno, por lo menos no se notaría. Pero la suma de muchas mañanas donde esos 15 minutos los dediques conscientemente a moverte si quieres bajar de peso, a correr 15 minutos extra, a estudiar un par de recetas de pasteles, 15 minutos más para leer el libro que tanto le tienes ganas y que no has “tenido tiempo” de abrir. Piensa por unos instantes qué es aquello que quieres lograr y empieza esta semana por levantarte 15 minutos antes y que uses ese tiempo para sumarle a tu proyecto.

Y ya “por ahí”, ve tachando los días que cumpliste, para que visualmente veas tu avance; y el día que no lo hagas, empiezas de nuevo, así hasta llegar a completar cuatro semanas, ¿cómo ves?, ¿le entras al reto?