Por Guadalupe Juárez
María de Jesús Casas Hernández me muestra una de las últimas imágenes de Cecilia Monzón con vida. En la fotografía, la activista tiene los ojos cerrados, una blusa floreada que deja sus hombros descubiertos, sostiene con la mano izquierda un micrófono y sonríe, mientras canta.
“Era una mujer feliz, plena, que ayudaba mucho a las mujeres en Puebla, era la abogada de las mujeres (…) es importante seguir exigiendo justicia, para ella y para todas”, dice María de Jesús.
Al igual que otras mujeres a su alrededor, María de Jesús sostiene varios girasoles –la flor favorita de la activista-- que va a repartir con las asistentes a la manifestación que se dio cita en El Gallito a las 12:30 horas.
El Colectivo X las mujeres de Puebla que representa María de Jesús no sólo alza la voz para exigir justicia por la activista, prepara un Observatorio para vigilar que se cumpla con la Ley Monzón, pues hasta ahora sólo han detectado un par de casos en los que los menores se han quedado con su familia materna, cuando sus padres son acusados del feminicidio de sus mamás.
La preocupación se da, pues a pesar de la Ley Monzón, las múltiples exigencias por un padrón de huérfanos por feminicidio, en Puebla no hay avances ni datos públicos de nada al respecto.
Esperanza también tiene en sus manos un girasol y un cartel con el nombre de Cecilia escrito en morado.
“Una mujer guerrera, una mujer empática, una mujer sorora, ella estaría aquí, si yo estuviera en su lugar”, expresa.
Esta marcha, que han hecho en los últimos tres años, es especial, la exigencia de justicia para la activista resuena a lo largo y ancho de la Avenida Reforma que se va llenando de otras exigencias, de más nombres de víctimas, de otros dolores al de la familia Monzón.
María Jesús y Esperanza coinciden en que hay que darle celeridad al juicio, dejar de revictimizar a su familia con amparos al hombre acusado como responsable de su feminicidio Javier N. ,al que llaman sin empacho por su apellido paterno.
El reclamo se extiende a los jueces que han tardado tres años en darle sentencia a los responsables de que la “abogada del pueblo” no esté un año más en el 8M, saltando, sonriendo, con un cartel en la mano exigiendo justicia para alguien más o acompañando a sus clientas, luchando codo a codo contra la violencia.
Un día antes, su hermana Helena Monzón ha publicado una columna sentida en El País, donde comparte las veces que ella y su familia ha sido revictimizada, del trato que le han dado las autoridades al caso y la lucha por alcanzar la justicia a unos días del juicio programado para el 12 de marzo del año en curso, en un país donde el 95 por ciento de los feminicidios quedan impunes.