¿Resistirá el sistema de salud la crisis de contagio por Covid-19?

Por: Mario Galeana

La expansión del Coronavirus en México ha puesto los ojos en la infraestructura hospitalaria de las entidades del país.

En Puebla, los hospitales públicos y privados cuentan, en suma, con 4 mil 512 camas hospitalarias, que podrían ser suficientes para hacer frente a un escenario grave de contagio, pero la sobresaturación de algunos nosocomios y la posible falta de insumos hace más compleja esta posibilidad.

De acuerdo con el Sistema de Información de la Secretaría de Salud federal, hasta 2018 los hospitales públicos en el estado contaban con 4 mil 12 camas hospitalarias y 6 mil 996 médicos generales, especialistas y odontólogos, es decir, 1.7 médicos por cama.

Pero el sistema no contempla la saturación de algunos de los hospitales existentes como La Margarita, que en septiembre de ese mismo año registraba sobrecupo de 300 por ciento en urgencias y hasta 400 por ciento en el resto de los servicios al tener que cubrir la demanda de los derechohabientes del hospital San Alejandro, inutilizado a causa del sismo del 19 de septiembre de 2017.

Sin embargo, la saturación ha menguado con la subrogación de servicios que el IMSS contrató a hospitales públicos y privados, además de la delegación de la Cruz Roja en Puebla.

Quizá por estas razones, el doctor Francisco Valle Rodríguez, especialista en inmunología en el Hospital Los Ángeles, otorga más confianza al sistema de salud privado en el estado, que al público.

“Es cierto que en Puebla hay una cantidad limitad de camas y la infraestructura hospitalaria pública suele estar sobresaturada.

No es por ninguna bandera política, pero el hospital de La Margarita es un buen ejemplo”, consideró en entrevista.

Sin embargo, los establecimientos de salud privados parecen sólo un paliativo en caso de que llegase a aumentar la necesidad de hospitalización en el estado.

De acuerdo con el Inegi, hasta 2018 los hospitales privados en Puebla contaban con 500 camas hospitalarias. Pero la atención que se ofrece contrasta con la del sistema público: cada cama cuenta, en promedio, con 2.51 médicos disponibles.

Sobre estos hospitales recae casi una cuarta parte de la atención médica en el estado. Según la Encuesta Intercensal 2015, 23.1 por ciento de la población en Puebla está adscrita a servicios de salud privados; 36.8 por ciento accede mediante seguridad social y 40.1 por ciento son servicios a la población abierta.

La misma encuesta señala que 39.2 por ciento de la población con seguridad social es atendida por el IMSS; 49.9 por ciento era beneficiaria del Seguro Popular, que a principios de este año desapareció para dar paso al Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi); y 7.7 por ciento en el ISSSTE.

El resto se divide en otras instancias, además de Pemex, la Secretaría de la Defensa Nacional y la Secretaría de la Marina.

Las cifras del Sistema de Información de la Secretaría de Salud federal contrastan con un informe elaborado por la organización México Evalúa, en el cual se detalla que en Puebla hay menos de 0.5 médicos y enfermeras por cada mil habitantes.

En su informe La Infraestructura Hospitalaria Ante el Covid-19: Debilidad Extrema, la organización señala que en México el promedio nacional es de 0.88 enfermeras y de 0.5 médicos por cada mil habitantes.

Esta situación es grave si se considera que la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) recomienda que existan al menos nueve enfermeras y 3.8 médicos por cada mil personas.

En contraste, la organización resalta que Puebla es el tercer estado del país con más hospitales, al contar con 80 inmuebles de este tipo.

No obstante, alrededor de 75 son de segundo nivel y sólo cinco de tercer nivel.

La diferencia estriba en que el segundo nivel cuenta con laboratorios y servicios de apoyo diagnóstico de imagenología, mientras que los de tercer nivel cuenta con atención especializada y compleja, además de que se desarrollan actividades de investigación clínica básica.

En el resto del país, 33 por ciento de hospitales de tercer nivel están en la Ciudad de México. La capital, y Guanajuato, Puebla y Michoacán concentran 35 por ciento de las unidades de segundo nivel.