¿Qué pone en la balanza la gente a la hora de votar?

Este es un tema complejo y muy largo de resumir en esta columna. Pero sí se puede afirmar un punto: en las elecciones locales, como las municipales, no es difícil que el electorado haga un juicio en retrospectiva, para emitir su voto. Dado que la autoridad municipal es la que tapa los baches de las calles y recoge la basura, entre otras funciones de primera mano, el electorado puede hacer un juicio concreto de la situación de su colonia y comparar, pensando en retrospectiva, si está mejor o peor que hace tres años. En cambio, este juicio no es tan sencillo en temas nacionales o estatales, que son más abstractos y complicados. Así, con todo y que el elector no necesariamente es un actor racional, en temas locales el electorado puede poner en práctica la retrospectiva y votar en consecuencia.

Claro que saber por qué vota la gente y en qué sentido, es bastante incierto y por eso están las encuestadoras trabajando todo el tiempo. Pero sí se sabe que, en elecciones locales, los temas son más fáciles de evaluar para la mayoría de la gente. Por lo mismo, el año entrante la gente podrá premiar o castigar al gobierno municipal en base a sus propias experiencias, más allá de lo que digan los medios, las redes sociales o los propios dirigentes políticos. Es decir, por lo general, la gente habla con sus vecinos del estado de la calle de su colonia, no de la situación de la economía. E inclusive, si sí hablan de eso, al ser un tema más subjetivo y complicado, el grueso del electorado no llega a conclusiones en donde el juicio retrospectivo guíe el sentido de su voto.

Por lo mismo, en una elección ejecutiva nacional o estatal, al igual que en una legislativa, los temas a tener en cuenta por la gente son diferentes, al igual que la forma de valorar el sentido de su voto. En las elecciones municipales, en cambio, el elector puede poner a prueba su memoria cognitiva porque, no le hace falta mucha información ni mucha cultura política para entender, o emitir un juicio sobre, si hay más o menos baches en las calles o si la ciudad está más o menos limpia. Y esto es lo que se va a juzgar el año que entra en Puebla. Dado que no hay una elección ejecutiva estatal o nacional que atraiga la atención del debate público, la gente podrá concentrarse en asuntos de proximidad.